Cuatrocientos niños del colegio Playas de Orihuela se quedaron ayer en la calle después de que se inundara el centro, que desde hace 14 años está ubicado en barracones (las obras del nuevo centro se han iniciado este año). La APA criticó el retraso en tener unas instalaciones de ladrillo y recordó que la decisión de no entrar a clase la adoptó la dirección por las goteras que inundaban los conductos eléctricos. Los padres criticaron el mantenimiento y aseguraron que los niños sufren enfermedades por las deficientes instalaciones. M. ALARCÓN