Asombrados por partida doble. Así se quedaron los agentes del Cuerpo Nacional de Policía de Elda-Petrer cuando fueron a detener a un joven de 23 años por un supuesto caso de violencia en el ámbito doméstico.

La vivienda familiar donde reside se encuentra en Petrer, en el barrio de San Rafael, y tan pronto como entraron al piso los policías percibieron el intenso olor que desprende la marihuana. Instantes después ya habían localizado el foco. En una habitación de apenas diez metros cuadrados el joven tenía instalada una sofisticada plantación de cannabis con 50 plantas adultas y más de 100 pequeñas. Y todo muy bien organizado y montado con los más modernos sistemas de ventilación, iluminación, riego y control de la temperatura para no dejar de producir el psicotrópico que se obtiene de la planta del cáñamo. Además, para no ser descubierto por los vecinos, había cubierto con cartones los extractores del aire que daban a la calle a través de la ventana de la habitación. Había tanta marihuana en tan poco espacio que al cuarto solo podía acceder una persona de lado y, además, la puerta no se podía abrir más de 45 grados. Y allí, hacinado entre matojos, cogollos, hojas y semillas, dormía y pasaba buena parte de su vida el joven que ha sido arrestado por partida doble. Por un supuesto delito de violencia doméstica y por otro supuesto delito contra la salud pública.