El casco viejo de Petrer fue ayer escenario, como viene ocurriendo de forma discontinua desde el siglo XVII, de las tradicionales danzas de Les Carassescon un gran ambiente y alta asistencia de público y participantes.

Este año ha habido cambios en el recorrido por los trabajos de mejora en la calle Gabriel Brotons. Por eso Les Carasses han desfilado en esta ocasión por las calles Pedro Requena y Prim en lugar de cruzar por la plaça de Dalt en su camino de regreso a la plaça de Baix. Pero no ha sido esta la única novedad del popular festejo. El Café Carasser previo al desfile también ha cambiado de ubicación y se ha celebrado, también por motivo de las obras, en la intersección de las calles Prim con Cura Bartolomé Muñoz.

Les Carasses constituyen una de las manifestaciones festivas más peculiares de Petrer. Los participantes son grupos de personas disfrazadas con diversas prendas y con la cara cubierta con una tela blanca pintada a mano imitando los rasgos faciales. De ahí el nombre de Carasses por tratarse de máscaras o caretas.

Dulzaina y tamboril

Les Carasses se reúnen en la plaça de Baix y desfilan por las calles a ritmo de dulzaina y tamboril mientras interpretan unas sencillas danzas. Además, durante el recorrido los participantes se dedican a increpar, satirizar y sobar a los vecinos y vecinas de Petrer, y también a los visitantes, de forma burlesca e irreverente. Se meten con quienes los miran tal y como se viene haciendo desde hace cuatro siglos.