Un problema burocrático mantiene cerrada a cal y canto la ampliación de la sede de la Policía Local, que cuenta con una superficie útil construida de 1.250 metros cuadrados. Las obras se realizaron dentro del paquete de medidas anticrisis que el expresidente de la Generalitat Valenciana, Francisco Camps, puso en marcha como antídoto al freno de la obra pública y que tuvo por nombre «Plan Confianza».

La inversión económica se cifró en 1,6 millones de euros y el objetivo era que la Policia Local contara con una galería de tiro, así como dignificar los calabozos. Pero a pesar de que las obras están finalizadas, las nuevas instalaciones permanecen cerradas.

El alcalde de Elda, Rubén Alfaro, acudió junto a otros alcaldes afectados por la paralización del «Plan Confianza» a una reunión en Valencia para intentar desbloquear la situación. La primera autoridad espera que la cuestión burocrática se desbloquee en breve, pero desde el Consell no se le ha dado una fecha para que la galería de tiro se pueda inaugurar.

Retrasos en los pagos y cambios de empresa frenaron las obras que en mayo de 2011 estaban ejecutadas en un 95 por ciento. Seis años después que se iniciarán, los agentes de la Policía Local siguen sin poder entrenar en la flamante galería de tiro y sin poder poner un pie en las nuevas instalaciones, ya que el Ayuntamiento no ha recibido las obras.

Las dependencias cuentan con con diez celdas individuales, dos de aislamiento y tres de menores, un almacén para las pertenencias, una sala de cacheo, otra de control, tres de visitas para los familiares totalmente automatizadas y una habitación que podrá ser utilizada para que los detenidos mantengan entrevistas con sus abogados.

También se incorporó el sistema exclusa para la entrada de los furgones policiales a los calabozos y garantizar la máxima seguridad y evitar así la posible fuga del recluso.