Álex y David Moreno quisieron imprimir en la aventura empresarial iniciada hace tres años, un toque retro, un espíritu auténtico y lo consiguieron a través de su logo caligráfico. La marca consiguió colarse en la Biblioteca Nacional con una exposición de caligrafía clásica y contemporánea. Además sus tablas han servido de lienzo para pintores. El arte ha posado sus ojos en unas maderas que sirven para surcar el asfalto a lomo de dos ruedas y que mantienen el trabajo artesanal de la ebanistería. V. P.