Los trabajos de adecuación y mejora de la seguridad vial en la peligrosa CV-830, la carretera comarcal que une Sax y Salinas, han comenzado esta misma semana.

El Consell ha atendido, por fin, las numerosas e «históricas» peticiones realizadas por el Ayuntamiento de Salinas. La última, tal y como este diario publicó en el pasado mes de abril, se formalizó a través de una Proposición No de Ley que el PP presentó en las Cortes Valencianas. Según ha informado el alcalde Isidro Monzó, la primera fase de la actuación consistirá en la adecuación de la cuneta de seguridad en los ocho kilómetros que distan entre ambas localidades. Para ello el proyecto contempla un ligero ensanchamiento y el hormigonado de los márgenes, que carecen de arcén y presentan profundas zanjas en muchos puntos del trazado. Esta obra servirá, además, de base para acometer la segunda fase de reparación y reasfaltado del firme.

La antigüedad de la CV-830, así como el aumento del tráfico que ha registrado en las dos últimas décadas por la actividad industrial de los polígonos de Salinas, ha hecho que esta infraestructura se encuentre en un avanzado estado de deterioro. Un problema que incrementa la peligrosidad de una vía de trazado sinuoso que, solo en los últimos veinte años, ha sido escenario de una treintena de accidentes con un balance superior a las cinco víctimas mortales. Pero ahora la situación va a mejorar.