El presunto pederasta de Novelda ingresó a primera hora de la tarde de ayer en el centro penitenciario de Fontcalent tras ser trasladado desde los calabozos de la Policía Local en una conducción ordinaria de la Guardia Civil. De momento se encuentra protegido en una zona de seguridad y se le aplicará el programa de prevención de suicidios, como es habitual en este tipo de situaciones. A partir de ahora un preso de confianza compartirá celda con él y se encargará de acompañarlo y vigilarlo las 24 horas del día como si de su «sombra» se tratara. De ahí que estos reclusos de apoyo sean conocidos en el mundo carcelario por el nombre de «sombras».

Al presunto pederasta, que tiene 35 años y carecía de antecedentes, tampoco se le destinará en las próximas semanas a un módulo ordinario. El objetivo es evitar que pueda entrar en contacto con el resto de la población reclusa ya que pedófilos, violadores y chivatos son «despreciados» por todos los internos. Prueba de ello es que ayer, al ingresar en Fontcalent, su caso ya era conocido y empezó a escuchar los primeros insultos desde las celdas más cercanas.

Por su parte, los padres del menor víctima de la supuesta agresión sexual han puesto el caso en manos de especialistas. El niño, que tiene 13 años y reside en una localidad próxima a Novelda, tendrá que someterse a tratamiento psicológico para poder superar el trauma sufrido tras ser forzado a mantener relaciones con acceso carnal. Así lo reiteró el adolescente, con una declaración convincente, sólida y sin contradicciones, al fiscal de Menores y a la jueza tras relatar previamente todo lo ocurrido en el cuartel de la Guardia Civil de Novelda donde sus padres interpusieron el lunes la denuncia.

Precisamente la obsesión del arrestado por disponer de imágenes de la víctima, tal y como reflejan los mensajes de Whatsapp que le envió a su teléfono en los días posteriores a la supuesta agresión sexual, ha llevado a la Guardia Civil a analizar el contenido de los potentes equipos informáticos que el investigado tenía en casa. Los expertos en la materia buscan contenido pedófilo en formato de video o fotografía y cualquier otra prueba que pueda desvelar la posible existencia de más víctimas. Algo que, en cualquier caso, habrá que demostrar al igual que los hechos por los que la titular del Juzgado Número 3 de Novelda lo ha enviado a prisión, de forma provisional, hasta que sea citado para celebrar el juicio.