Tras más de cien años oculta entre los muros del Ayuntamiento de Villena, «La niña de la República» se ha vuelto a mostrar en público, después de un laborioso proceso de restauración realizado por el villenense José Luís Sáez. «La niña bonita» -como popularmente era conocida esta escultura de piedra caliza realizada en 1873 y alusiva a la Primera República española- ha estado rodeada de misterio desde que se proyectó su realización.

En un abarrotado salón de plenos, el restaurador José Luís Sáez narró la historia de esta pieza singular que en 1873 presidió la hornacina de la fuente de los chorros de la plaza Mayor, y que sólo estuvo expuesta apenas un mes. José Navarro, apodado el «tío araña», la hizo añicos alegando que en su lugar debía ubicarse la imagen de la Patrona de Villena, la Virgen de las Virtudes. Sigue siendo un misterio quién recopiló los diecinueve fragmentos en los que quedó la obra -que ahora han sido ensamblados por Sáez-y cómo se ocultó entre los muros del Ayuntamiento. Los fragmentos fueron encontrados por el investigador y arqueólogo José María Soler tras las tareas de remodelación del inmueble en 1881. Asimismo, todavía hoy en día sigue siendo un secreto la cara de «La niña de la República» que no se recuperó, aunque José Luís Sáez presentó una recreación digital de cómo sería la obra en su conjunto.

Tras investigar la situación política y social de Villena en la primera República, José Luís Sáez explicó que siendo alcalde José Navarro Galiana- desde 24 de septiembre de 1873 al 13 de febrero de 1874- se procedió a la remodelación de la plaza Mayor y de su fuente. El alcalde republicano encargó la estatua alusiva a la República y a sus valores, y parece ser que la pagó de su bolsillo.

La pieza es única, puesto que se conservan muy pocas esculturas alusivas a este periodo de la historia de España. «La niña de la República» se ha ubicado provisionalmente en el claustro del Ayuntamiento para que los vecinos la puedan contemplar.