La Villa de Petrer ya se encuentra inmersa en plenas fiestas patronales en honor a la Virgen del Remedio. El diseñador de trajes festeros y vicepresidente de la Cofradía de la «Marideu del Remei», el petrerense Alberto Montesinos, fue el encargado de anunciar la «fiesta grande» desde el balcón del Ayuntamiento cuando despuntaba la madrugada del jueves. De este modo se convierte en el segundo pregonero de la localidad, ya que el año pasado Mari Carmen Rico, la cronista oficial de la villa, inauguró un acto que lleva camino de consolidarse.

El de ayer fue un pregón de vivencias y recuerdos. Montesinos se remontó a su niñez, a los años 60, para evocar «unas fiestas muy familiar y muy de calle». Estampas, olores, sabores y sonidos de tracas y música. Pero también habló con pasión del «amor y veneración» que Petrer siente por la Mare de Déu del Remei, patrona de la localidad desde el año 1683. «Estamos a punto de celebrar los 400 años del hallazgo de la imagen de nuestra Patrona -recordó el pregonero- que se encontraba escondida durante las revueltas moriscas en un tabique de la actual sacristía de la parroquia de San Bartolomé. Nos quedan solo 14 años para rememorar aquel magno acontecimiento del 7 de octubre de 1630, y ojalá que muchos de los que estamos hoy aquí podamos celebrar ese cuarto centenario como se celebró el tercero en el año 1930».

Tampoco quiso olvidarse Alberto en una noche tan significativa «de todos los petrerenses que viven fuera, o no están aquí con nosotros por motivos de trabajo o estudios. Si mis palabras os llegan quiero deciros que os llevo en lo más hondo de mi corazón, y ojalá en este momento os llegue el profundo sentimiento que me embarga». Y antes de exclamar el emocionante «¡Vixca Petrer!» y «¡Vixca la Marideu del Remei, la nostra Patrona!» con el que comenzó la fiesta, el pregonero pidió a sus paisanos que no olviden nunca a la Patrona, «cuya dulce mirada vela por nuestro pueblo mirando a toda la comarca», asintió.