Los ladrones evolucionan como la sociedad y modifican sus prácticas delictivas para obtener el máximo beneficio con el menor riesgo posible. Viven al margen de la ley pero también tienen que adaptarse a las necesidades del mercado. En este caso del mercado negro. Y prueba de ello es la acentuada caída que han experimentado en el último año las sustracciones de cable de cobre.

Estos robos han causado durante los diez últimos años elevadas pérdidas económicas y muchos quebraderos de cabeza, tanto a las autoridades policiales como al tejido empresarial de la provincia, debido a los continuos cortes en el fluido eléctrico y de telecomunicaciones, los enormes destrozos ocasionados y los trastornos que supone para industrias, comercios, organismos públicos y hogares quedarse sin luz, sin teléfono y sin conexión a internet durante varios días. Pues bien, ahora los cacos han encontrado en los nuevos palets de madera -los europalets- un «negocio» mucho más rentable y menos peligroso, tanto física como jurídicamente. Por un kilo de cobre venían obteniendo cuatro euros mientras que por un palet usado cobran cinco. El beneficio es más alto teniendo en cuenta que un tráiler suele llevar 33 europalets en las «jaulas» de la parte baja. Son 165 euros por cada «golpe» que, en la mayor parte de las ocasiones, tienen la consideración penal de un simple hurto. Además, basta una furgoneta al uso para poder transportar el botín ya que, quitando los asientos traseros, pueden entrar entre 15 y 20 europalets.

Al descuido

Las bandas especializadas suelen actuar al descuido en las áreas de servicio donde aparcan los camiones, en los patios exteriores de las naves industriales donde se suele almacenar este material, en las zonas de carga y descarga de los supermercados y en las fincas agrícolas durante la recolección. En el último año los delitos de este tipo se han disparado en la provincia y se han detectado ventas ilegales en Alicante, Elche y Elda. Los Cuerpos de Seguridad no son ajenos y ya están actuando para prevenir esta nueva modalidad delictiva y detener a los autores. Muchos de ellos son «conocidos reincidentes» con antecedentes por robos de cobre.