El Ayuntamiento de Sax ha decidido cerrar la piscina cubierta toda la temporada sin ofrecer ninguna alternativa a los afectados.

La decisión acordada por el equipo de gobierno del PSOE-Podemos, medida que no tiene precedentes desde que esta instalación municipal abrió sus puertas hace 16 años, deja sin servicio público de baño a cerca de 1.500 usuarios, según las estimaciones realizadas por el Club Natación Sax. Una entidad deportiva de larga trayectoria que, junto al más reciente Club Waterpolo Sax, podrían desaparecer al no poder disponer sus deportistas de una piscina donde realizar sus entrenamientos y competiciones. Tampoco se podrán impartir los habituales cursillos de iniciación a la natación ni habrá posibilidad de baño libre para el resto de usuarios. Cabe puntualizar que solo el año pasado se prestaron 18.000 servicios.

Desperfectos y carencias

Los responsables municipales se han amparado en los desperfectos y carencias que presenta la instalación, tras años de abandono, para suspender la actividad sin una fecha concreta de apertura. De todo ello dieron cumplida información el alcalde de Sax, José María Espí, y el concejal de Deportes, Máximo Gil, en una reunión celebrada en un salón de plenos abarrotado de público.

Los dirigentes justificaron el cierre por la necesidad de acometer obras de mejora y renovar la deshumectadora que, aunque sigue manteniendo un buen nivel de humificación, podría no pasar una inspección sanitaria. Eso argumentaron Espí y Gil estimando que la actuación, que podría durar cinco meses, se aprovechará para reparar otras deficiencias.

Sin embargo, las razones esgrimidas no convencieron a la mayoría de los ciudadanos que acudieron a la asamblea y, de hecho, se están dando los primeros pasos para realizar una manifestación de protesta. Muchos de los afectados no entienden los motivos por los que las obras no empezaron en junio, cuando acabó la temporada, y sin embargo se ha informado del cierre a cinco días del inicio. De este modo el Ayuntamiento habría dispuesto de tres meses para realizar las mejoras y renovar la maquinaria, además de que en agosto finalizó la concesión de este servicio público, por el que Sax pagaba algo más de 100.000 euros anuales a una empresa privada.