Falta de previsión, recorte de fondos públicos, razones técnicas, burocráticas o administrativas han dado lugar a una nueva pifia en la tantas veces denunciada falta de accesos dignos para la estación de la Alta Velocidad en Villena. Esta moderna infraestructura, ubicada en un alejado paraje agrícola sin conexión con la autovía de Alicante-Madrid, costó 11,5 millones de euros al erario público.
Para paliar este problema y ante la manifiesta inacción del Gobierno de España y del Gobierno de Valencia, fue la Diputación de Alicante la que, durante el anterior mandato, decidió dar un tímido paso al frente. La Corporación provincial destinó 215.000 euros para acondicionar el camino rural que une la autovía de Madrid, la A-31, con la estación del Ave a través de la pedanía sajeña de la Colonia de Santa Eulalia. Los trabajos comenzaron en mayo y han finalizado hace tan solo unos días tras actuar sobre un tramo de 6,5 kilómetros de longitud. La vía pecuaria ha sido desbrozada, señalizada, reasfaltada y ensanchada en más de un metro, aunque con arcenes de tierra.
La mejoría es incuestionable. Basta realizar el trayecto con un vehículo para comprobarlo. Pero hay un pero. Se han dejado sin acondicionar un tramo de tierra de unos 300 metros que atraviesa las vías por un paso subterráneo. En lugar de circular por este punto, los viajeros son enviados por una ruta que da un rodeo de dos kilómetros y medio más para llegar al mismo destino. Es decir, en lugar de cubrir el trazado desde la A-31 hasta la estación en cuatro kilómetros hay que hacerlo en seis y medio. Otro despropósito más para una infraestructura que sigue esperando una conexión digna con la autovía de la que, por cierto, tan solo le separa un kilómetro de terreno llano.
