El Ayuntamiento de Aspe incrementará las medidas de seguridad en la piscina de verano para evitar que vuelva a repetirse la oleada de actos vandálicos que la instalación municipal ha sufrido en las noches de agosto. Un hecho sin precedentes que ha ocasionado importantes daños materiales. Precisamente, una de las opciones que los responsables municipales están valorando es la instalación de cámaras de videovigilancia. Pero no es la única. La Policía Local sigue investigando los hechos y desde el Ayuntamiento también se ha interpuesto una denuncia en el cuartel de la Guardia Civil contra los presuntos autores. Las sospechas recaen sobre un grupo de jóvenes de la localidad, de edades comprendidas entre los 15 y 18 años, que podrían estar implicados en la comisión de otros actos incívicos en otras zonas urbanas.

Las primeras fechorías se produjeron en la primera semana de agosto, coincidiendo con la instalación en las proximidades de la barraca popular en el inicio de las fiestas patronales. Entonces el equipo de gobierno decidió reforzar la vigilancia de la piscina de verano con una mayor presencia de los guardias de seguridad encargados de mantener el orden en el recinto festero. Sin embargo, a mediados de agosto, cuando la barraca se desmontó, volvieron a repetirse las gamberradas nocturnas con una frecuencia de hasta tres veces por semana. Los vándalos han arrojado las rejillas perimetrales de la piscina al agua además de piedras, césped sintético y otros objetos de la instalación; destrozaron a golpes la pérgola situada junto al bar; dañaron los porta flotadores metálicos y el último día, el pasado domingo, prendieron fuego a las sombrillas de paja. Además de los daños materiales, el personal municipal ha tenido que redoblar su trabajo muchas mañanas para limpiar el recinto y reparar los desperfectos antes de dar paso a los usuarios.

La piscina clausuró la temporada estival el domingo tras registrar una intensa afluencia todo el verano en la que, incluso, ha habido que colgar el cartel de «aforo completo» en varias ocasiones. Sin embargo, tal y como ha indicado el concejal Chema García, «ha sido un verano en el que hemos sufrido muchos actos vandálicos, siendo subsanados todos ellos antes de la apertura al público, por lo que no se ha visto afectado el servicio». Unos hechos a los que desde el Ayuntamiento no se les ha querido dar difusión. «Algo que hemos hecho, precisamente, por no hacer efecto llamada de estos indeseables maleantes», ha explicado el edil.