La Virgen de las Virtudes lució ayer en la procesión el Manto del Sol, una joya de la orfebrería sacra que llevó durante todas las fiestas en su trono. Este es el más antiguo de los utilizados por La Morenica y sufrió durante 2013 un largo proceso de restauración. La procesión, que tuvo lugar ayer por la noche, cerró los actos del día grande de las fiestas patronales de Villena.

Así, a tan solo una jornada de que finalicen los Moros y Cristianos, la localidad celebró la festividad de su Patrona y demostró el fervor de sus vecinos hacia La Morenica.

Cerca de las 19.00 horas, los festeros de las catorce comparsas comenzaron a pasar delante del trono de la Patrona para más tarde llenar las calles con el sonido de las marchas procesionales. La Morenica salió del templo pasadas las diez de la noche y así empezó el paseo del día grande de los festejos locales. Los villeneros se volcaron nuevamente con la Patrona, conscientes de que las fiestas en su honor están a punto de llegar a su fin.

Alfombras de alhábega cubrieron las calles para dar la bienvenida a la Patrona en su día grande. Por turnos y de forma tradicional, los portadores llevaron a hombros a la Virgen de las Virtudes desde su salida en la iglesia de Santiago hasta su vuelta a ella. En la mayoría de los casos, este honor se hereda de padres a hijos desde tiempos ancestrales.

Entorno privilegiado

En el barrio del Rabal, los vecinos abrieron las puertas de sus casas. Desde hace unos años, los vecinos invitan al resto de los habitantes de la ciudad a ver el paso de La Morenica por las angostas calles del centro histórico. Uno de los momentos más emotivos se vivió cuando la imagen se paró ante la ermita de San José mientras repicó su campana.

Cada vez son más los vecinos que se acercan hasta las calles angostas para ver y acompañar a la Patrona. El presidente de la Junta de la Virgen, Manuel Muñoz, resaltó la belleza del acto y destacó que «la llegada a la ermita de San José es uno de los momentos más entrañables» del paseo mariano.

Después la comitiva enfiló hacia la iglesia de Santa María y la procesión finalizó con su entrada al templo. Los alféreces rodaron las banderas en su honor mientras los arcabuceros hicieron atronar sus armas.

Mientras, la Patrona recorrió el templo antes de ser colocada, de nuevo, en el altar. La sagrada imagen abandonará hoy el altar, de forma definitiva hasta el próximo año y fue trasladada en romería hasta el santuario en la pedanía de Las Virtudes.