Dos agricultores han sido puestos a disposición judicial por el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil de Monóvar tras la colocación de jaulas trampa y cepos ilegales en una finca de Agost. Los investigados son el propietario de la explotación agrícola y su capataz, de edades comprendidas entre los 50 y 60 años. Además de enfrentarse a una posible sanción administrativa de entre 3.000 y 10.000 euros por la tenencia y uso de artes prohibidas para la caza, ambos deberán responder por un supuesto delito de maltrato animal después de que un cepo amputase la pata a un perro asilvestrado que accedió a la finca en busca de agua o comida.

El asunto está en manos del Juzgado de Instrucción Número 2 de Novelda después de que los agentes del Seprona hayan entregado las diligencias tras concluir la investigación interviniendo, asimismo, una jaula trampa y tres cepos para cazar conejos de los que se utilizaban en los años 60 y 70. Unos artefactos que actualmente solo se pueden adquirir en el mercado negro y que los agentes encontraron semienterrados, entre los cultivos, y a escasos metros de un camino rural al que solo separa de la propiedad inspeccionada una pequeña valla metálica.

Todos los cepos incautados están dotados de una extraordinaria sensibilidad además de una gran potencia. De hecho, al perro vagabundo que cayó en uno de ellos la «mordida» le seccionó una extremidad. Al parecer el animal, de raza mestiza tipo podenco, permaneció atrapado más de un día hasta que un senderista que pasaba por la zona escuchó sus alaridos de dolor y lo encontró atrapado por la pata delantera izquierda. Una vez que consiguió liberarlo el perro huyó asustado y ya no ha podido ser localizado a pesar de las batidas realizadas por la zona. Se teme que haya fallecido ante la gravedad de las heridas que presentaba.

Con la instalación de los cepos los dos investigados -imputados- pretendían acabar con los daños que los conejos vienen ocasionando en los cultivos al comerse las raices de los frutales y pudrir el árbol. De hecho las trampas se encontraban instaladas en los accesos a las madrigueras. Pero al tratarse de métodos de captura no selectivos, ya prohibidos en la mayoría de los países, cualquier animal puede ser presa de ellos. Tanto especies protegidas como personas, que podrían llegar a perder el pie en caso de pisar el cepo.

También el Seprona de Monóvar ha denunciado ante el Juzgado de Novelda y en el Ayuntamiento de Monforte del Cid a un vecino de esta localidad por el maltrato infringido a un burro, que se encontraba en un campo a la intemperie con escasa alimentación y precaria higiene. Además, en el momento de la inspección los agentes se percataron de que el dueño se había enganchado ilegalmente a la luz, por lo que también ha sido denunciado por un supuesto delito de defraudación de fluido eléctrico. El burro ha sido llevado al Río Safari de Elche por orden judicial para que se recupere y garantizarle un trato digno.