La alta densidad de tráfico y el envejecimiento del firme de la carretera está incrementando de forma notable la peligrosidad de la autovía A-31 entre Alicante y Madrid, a su paso por las comarcas del Alto y Medio Vinalopó. A los alcaldes de estas poblaciones no les hacen falta cifras oficiales para reconocer que cada día se produce algún accidente, desde los pequeños alcances hasta otros más graves, y para ver cómo las retenciones se agravan en las operaciones salida de los meses de julio y agosto cuando a la fuerte intensidad de tráfico -más de 60.000 vehículos de media diaria- se suman los turismos del interior de la península ansiosos por llegar a las playas alicantinas.

El frente común creado por las primeras autoridades de las poblaciones del interior de la provincia que cruza esta autovía y que lideran el alcalde de Elda, Rubén Alfaro, y el de Petrer, Alfonso Lacasa, no se cansa de exigir el arreglo del eje circulatorio. En este sentido, Lacasa sostiene que «observando las cifras del incremento de la actividad portuaria en Alicante y de las plataformas de distribución de mercancías podemos decir que en el último año el tráfico ha aumentado sensiblemente» y a ello se suma, según Alfaro, que «este verano, sin cifras oficiales pero como usuario de la autovía, estamos viviendo más atascos que en estos últimos años». El alcalde de Elda subrayó que «han salido más españoles de vacaciones y en la autovía se nota».

Además, a la petición de arreglo y mejora de la autovía, que se ha convertido en una reivindicación histórica, ya que su proyecto cumplió en el mes de julio siete años de bloqueo en Madrid, se añaden otras peticiones. Lacasa no sólo habla de las deficiencias de la carretera sino también de la peligrosidad de los accesos que todos los días del año sufren los habitantes de estas comarcas. Asimismo, se hace eco de la demanda de los vecinos de Petrer próximos a la infraestructura viaria, que durante años han pedido la instalación de paneles acústicos para aliviar las molestias que padecen al sufrir una exposición elevada a los ruidos nocivos.