La romería de la Virgen de las Nieves se vivió ayer con fervor por los vecinos de Aspe, que sólo tienen la oportunidad de disfrutar de su Patrona un mes de agosto de cada dos años. Una romería que lució, por primera vez, la catalogación de Interés Turístico Autonómico concedida por la Conselleria de Turismo en octubre de 2015. Si el camino está lleno de esfuerzo y calor, cuando cae la noche la entrada de la Virgen a la población se torna ceremoniosa al tiempo que es arropada por miles de eldenses en su paseo hasta la basílica.

El Collao fue, una vez más, el punto de encuentro entre las autoridades de las dos poblaciones que rubricaron el intercambio de la imagen. Al tiempo, veintiuna salvas dieron la bienvenida a la Patrona mientras se soltaron las palomas cedidas por Antonio Pujalte. Así, la Virgen se despidió de Hondón e inició el camino a Aspe.

Los Labradores de la Virgen fueron los encargados de organizar y portar a la Patrona. Tras la polémica suscitada hace dos años cuando por primera vez no se tuvieron en cuenta los derechos heredados para cargar con la Patrona, una sentencia judicial devolvió a los históricos integrantes del Cortejo de Honor de los Labradores el derecho a portar a hombros la talla de la Virgen.

Así, en el momento de portarla, se llamó a los treinta y seis Labradores que figuraban en el archivo municipal en 2006 tal y como se especificaba la sentencia. Hasta allí también se acercaron quienes habían heredado este derecho de sus antepasados pero que no estaban registrados en los documentos locales. Todos ellos pudieron acompañar a la « Serranica». Uno de los Labradores de la Virgen relató que «todo se ha solventado sin problema alguno como años anteriores y quien lo ha deseado ha podido llevar a la Virgen».