Los galardones del premio provincial de fotografía de Aspe en su vigesimoprimera edición han sido entregados en la tarde del sábado por la concejala de Cultura, Myriam Molina, en el vestíbulo del Teatro Wagner. El certamen ha repartido 2.700 euros entre los nueve premiados en las tres modalidades a concurso: colecciones de tres fotografías, fotografías individuales y fotografías relacionadas con el medio ambiente. En la primera modalidad, se concedía un primer premio de 600 euros, un segundo de 500 euros y un tercero de 400 euros, así como un diploma acreditativo en cada caso. En las otras dos, los premios eran respectivamente de 300, 200 y 100 euros. El acto ha servido también para abrir la muestra de una buena parte de las obras participantes, que estarán expuestas al público hasta el próximo 23 de julio.

El certamen que convoca anualmente la concejalía de Cultura de Aspe ha doblado el número de obras a concurso con respecto al año pasado. En esta ocasión han concurrido 80 obras firmadas por 35 autores procedentes de 13 poblaciones alicantinas, unos datos que doblan los registrados en la edición de 2015.

El jurado estuvo compuesto por Rafael Iñesta, vicepresidente de la Asociación de Fotógrafos Profesionales de la Provincia de Alicante; Juana María Balsalobre, directora del departamento de arte y comunicación visual del Instituto alicantino de Cultura Juan Gil-Albert, y los fotógrafos aspenses Noé Mira Martínez y Pedro de la Torre.

En la modalidad de colecciones el jurado otorgó el primer premio a la obra «Águila», del alicantino Vicente Bataller; el segundo fue para el crevillentino Carlos Torres por «Biciurbana», y el tercero para «Campeador», firmada por Vicente Guill, de Castalla.

En la segunda modalidad, por el mismo orden, los premios han sido para «Rincones olvidados», del sajeño José López; «Proyecciones», del autor castallense Reyes Cerdá; y «Polvo somos», de la aspense Begoña Botella.

En la tercera modalidad el jurado distinguió a «Actual y antiguo», de Alba Esquembre, de La Romana; «Los Algezares», de José Antonio Navarret, de Alicante, y «Atardecer en la biblioteca», de Ángel Cerdán, de Aspe.