La sección segunda de la Audiencia Provincial ha acordado absolver del delito de atentado y de la falta de lesiones a la mujer que en mayo de 2015 agredió a la popular Adela Pedrosa, que entonces era alcaldesa de Elda y se encontraba presidiendo un acto festero en la plaza del Ayuntamiento. En la sentencia el tribunal ha aplicado sobre la acusada la eximente de responsabilidad penal por enfermedad mental ya que padece esquizofrenia paranoide, pero ha acordado imponerle una medida de internamiento en un centro psiquiátrico adecuado a su estado por un máximo de un año.
La sala que ha juzgado los hechos también la ha condenado a no aproximarse ni comunicarse con Adela Pedrosa, ahora senadora electa del PP, por un periodo de año y medio imponiéndole la obligación de indemnizar al agente de la Policía Local que intervino para evitar la agresión con 210 euros por las lesiones ocasionadas.
El tribunal ha atendido el alegato de la acusación pública al entender que la enfermedad mental que padece la juzgada la hace «inimputable» por la acción que cometió, motivo por el que solicitó a los magistrados que le aplicasen la eximente de alteración psíquica y fuese internada un año en un centro psiquiátrico.
Cabe recordar que durante el juicio, que se celebró el 7 de junio, la acusada admitió que se dirigió a Adela Pedrosa y comenzó a chillarle e insultarle diciéndole: «Te voy a matar y arrancar los pelos». Según consta en los hechos probados de la sentencia, la dirigente popular trató de calmarla con la ayuda de un agente. Pero no lo logró porque la acusada comenzó a lanzarle puñetazos que pudo esquivar, «si bien, a causa de los bruscos giros del cuello que efectuó a tal fin, sufrió dolor e impotencia a nivel cervical posterior derecho, precisando una primera y única asistencia facultativa y tardando en curar tres días». Peor parado resultó el policía local que intervino en el altercado ya que, en el forcejeo, la condenada le arañó produciéndole excoriaciones en la zona cervical y el antebrazo de los que tardó en sanar siete días.
En cualquier caso, los informes psiquiátricos han confirmado que en ese momento la mujer condenada tenía anuladas sus capacidades cognitivas y volitivas.
