Doscientas cabezas de corderos degollados han sido localizadas durante las tres últimas semanas en contenedores de residuos orgánicos situados en diversos puntos del extrarradio de Sax. Se trata de animales adultos y en algunos casos en estado de descomposición que, al parecer, carecen del Documento de Identificación Bovino, el llamado DIB, que son dos etiquetas de plástico que se colocan en las orejas y llevan un código que permite identificar a cada ejemplar y la explotación ganadera de la que procede.

Fue en la primera semana de junio cuando se detectaron las primeras decenas de cabezas y unos días más tarde los cuerpos decapitados. Desde entonces el macabro e insalubre fenómeno se ha ido repitiendo siguiendo unas pautas muy parecidas. Muchas veces los restos aparecen depositados en el interior de los contenedores de basura y en otras ocasiones en el suelo y junto a ellos. Casi todos los puntos de vertido se encuentran próximos a la autovía de Alicante-Madrid y al ramal de la autovía de Castalla. Pero también se han localizado en la zona industrial de Sax que hay junto a la carretera de Salinas y a las espaldas del castillo.

La última vez que los operarios de la basura detectaron este tipo de fragmentos bovinos fue en la madrugaba del pasado sábado. Contaron entre veinte y treinta cabezas detrás del castillo.

El Ayuntamiento ya ha tomado medidas. La Policía Local ha abierto diligencias y desde la Concejalía de Sanidad se ha informado al departamento de Salud Pública de Elda. En principio este tipo de hechos sólo son constitutivos de dos infracciones administrativas que llevan aparejadas sanciones económicas. Una de ellas por matanza ilegal con degollación si se carece de permiso de las autoridades sanitarias y la otra por una inadecuada gestión de los cadáveres de animales ya que deben ser depositados en contenedores estancos y retirados por empresas autorizadas para ello. Según han aclarado los expertos consultados por este diario, sólo sería delito si los corderos procedieran de un matadero ilegal o fuesen destinados al consumo humano sin el obligado control veterinario. Extremos ambos que parecen quedar descartados. No obstante la investigación sigue su curso.