El presidente de la Junta Central de Moros y Cristianos, Pedro García, en un primer balance de las fiestas en honor a San Antón ha señalado que en 2016 la cifra de festeros ha aumentado en más de un 10 por ciento. En total, más de 5.000 personas y unas 50 bandas se han dado cita en los desfiles más espectaculares como son las dos Entradas y el Infantil.
También se ha observado un incremento en el número de quienes han disfrutado de las fiestas sentados en tribunas o sillas. La ocupación, según datos de la Junta Central, tanto en el Desfile Infantil (viernes) como en la Entrada Mora (sábado) fue del 100% y el domingo (Entrada Cristiana) rozó el completo.
García destacó que la participación en cada uno de los actos ha sido «masiva», como la Diana del domingo que contó con más de 2.000 festeros. Un acto, que a pesar de celebrarse a las 8 de la mañana, se ha puesto de moda. Hace una década era un acto para unos pocos y ahora incluso los capitanes y abanderadas sacrifican horas de sueño para acudir.
Este incremento de participantes supone para la Junta Central proponer una reorganización. García asegura que «en unos días haremos un balance y debemos plantearnos limar detalles de organización que cada año surgen».
En el balance que hizo ayer el presidente aprovechó para felicitar a las comparsas de Contrabandistas y Las Huestes del Cadí por los grandes boatos que realizaron en las dos Entradas así como a la de Piratas «por muy buena organización en los traslados y procesión del santo».
Con respecto al atraso de media hora de la Entrada Cristiana por la amenaza de lluvia, García indicó que «teníamos la experiencia del año pasado y no queríamos iniciar la Entrada más de una vez y las predicciones meteorológicas alertaban que hasta la siete y media había peligro de que un aguacero destrozase la apertura de la primera comparsa». «Por respeto a ellos decidimos atrasarla hora y media» concluyó.
El lunes al filo de la una de la madrugada el zoco empezaba a apagar las luces y ayer el mercadillo estaba en pie, como cada martes, en el mismo lugar donde las luces de neón de algunos puestos de comida mostraban que Elda estaba inmersa en plena fiesta. Y, aunque vallas de tráfico y tribunas han desaparecido del paisaje urbano, aún quedan vestigios de que Elda sólo hacía unas horas era la capital de los Moros y Cristianos.
«Zona cero»
El edil de Fiestas y Servicios Públicos, Eduardo Vicente, comentó que «el mismo lunes por la noche mientras las comparsas despedían a su capitanías la empresa de limpieza comenzó su campaña de choque». En un intento de eliminar los malos olores y las ingentes bolsas de basuras que se acumulaban en la «zona cero» de los Moros y Cristianos, en el zoco, bajo las tribunas y en los aledaños de los cuartelillos, los trabajadores de la empresa de basura trabajarán de forma intensiva. El concejal aseguró que unos de los pocos incidentes fue el intento de quemar un contenedor.
