Los delegados del calzado de UGT y CC OO en el Valle y Alto Vinalopó convocarán una huelga a finales de junio y principios de julio para forzar a la patronal a suscribir un convenio acorde con las necesidades laborales del sector.

Los representantes de ambos sindicatos no entienden la actitud de la patronal en la negociación del convenio al afirmar que la mayoría de puntos que se piden son «innegociables». Entre las reivindicaciones de la parte empresarial figura el incremento del 2% del plus carencia de incentivos, la no absorción y compensación de los incrementos pactados en el convenio, la excedencia no retribuida de un mes para atender a hijos menores de 12 años durante los periodos no lectivos, 15 días por lactancia de hijos menores de 9 meses, el derecho a 22 horas para asistir a todos los médicos y acompañamiento de hijos menores y personas mayores y el 100% en caso de accidentes y enfermedad profesional quitando el periodo máximo de cuatro meses. Petición ésta última que el portavoz de la parte empresarial considera «obsoleta, trasnochada y desproporcionada».

Récord de exportaciones

A la plataforma sindical le sorprende el rechazo de la patronal, ya que en los últimos años se están batiendo récords de exportaciones de calzado, lo que lleva aparejado un aumento del margen de beneficios.

Los delegados del Valle y Alto Vinalopó solo quieren una mejora de las condiciones de trabajo y acercarlas a otros convenios importantes de la industria, que cuentan con estos derechos desde hace mucho tiempo. «Y para ello hemos decidido intensificar nuestra labor informativa a todos los trabajadores y trabajadoras, mediante asambleas en los centros de trabajo, en las que se visualice el rechazo a las propuestas empresariales y el apoyo a los puntos de la plataforma sindical unitaria que nos permita alcanzar el acuerdo del convenio que el sector necesita», han señalado Rosario Benítez Morón, secretaria de Acción Sindical de FITAG UGT-PV y Juan José García Moreno, miembro de la comisión negociadora del convenio de FITAG UGT-PV.

Los dirigentes sindicales también responsabilizan a la patronal de abocar al calzado a unas pésimas condiciones de empleo, trabajo y salario, «condenando a los jóvenes a contratos formativos con una mayor precariedad laboral, tal y como quedó acreditado tras la reunión del pasado 17 de mayo, lo cual es inaceptable». Lo consideran, además, contradictorio con las reclamaciones de algunos empresarios que abogan por hacer el sector más atractivo para encontrar una mano de obra cualificada que cada vez es más escasa.