La «industria» de la fiesta de Moros y Cristianos mueve en Elda casi ocho millones de euros en cinco días. Así se desprende de un riguroso estudio, el primero en la comarca del Vinalopó y el segundo de estas características en la provincia, que ha sido presentado como Trabajo Fin de Grado por el eldense Germán Pedrero, que ha cursado la carrera de Relaciones Laborales y Recursos Humanos, siendo dirigido por la profesora de Economía Aplicada de la Universidad de Alicante, Carmen Martínez.

Tal y como ha explicado el autor, el estudio se estructura en tres partes: efectos directos, efectos indirectos y efectos inducidos, y se ha llevado a cabo un importante trabajo de recopilación y análisis de datos durante siete meses. Los efectos directos, que son los que hacen referencia al presupuesto y gastos repercutidos de la Junta Central de los Moros y Cristianos, de las comparsas y el gasto de los cuartelillos asciende a 3.194.059 de euros, de los que apenas un 4% es la subvención que otorga el Ayuntamiento para realizar la celebración.

En los gastos indirectos se ha analizado principalmente el impacto de las fiestas sobre la hostelería y los establecimientos para el alojamiento de visitantes. Uno de los datos más relevantes es la ocupación durante las fiestas que alcanza el 100% en las pensiones de la localidad, cuyas reservas se completan con meses de antelación, y roza también la máxima ocupación en el único hotel de cuatro estrellas con el que cuenta Elda. También hay una repercusión importante para los 213 bares y restaurantes que hay censados. La mayoría de ellos, sobre todo los que están más cerca del itinerario festero donde se desarrollan los actos, tienen todas las mesas reservadas durante esos días. En total, los efectos indirectos que producen las fiestas están cifrados en más de 3,5 millones de euros. Y por último el informe también ha barajado los efectos inducidos que genera la celebración de las fiestas, sobre todo a nivel de creación de empleo, refuerzos de personal en establecimientos de hostelería, en la confección de trajes. Incluso los eldenses que aprovechan estos días para hacer turismo generan beneficios indirectos en las agencias de viaje.

En definitiva, Elda hace el agosto en pleno mes de junio.