El médico Antonio Payá Juan va a convertirse, con 99 años recién cumplidos, en el segundo petrerense en recibir el título de Hijo Predilecto de su pueblo natal. El primero fue Hipólito Navarro Villaplana, cronista oficial de la villa y presidente de la Unión de Festejos entre otros cargos y responsabilidades, que fue distinguido con el mismo honor en febrero de 1995.

Será el próximo sábado, a las seis y media de la tarde en el centro cultural de Petrer, cuando el Ayuntamiento nombré al doctor Payá Hijo Predilecto. El alcalde Alfonso Lacasa le entregará el diploma conmemorativo con el que la Corporación local quiere homenajearlo «en agradecimiento de su dedicación por y para Petrer», indicó ayer el concejal de Cultura, Fernando Portillo.

Cabe recordar que la propuesta partió de la Asociación Cultura y Ocio Tercera Edad (Acote) y, tras su aprobación en el Consejo de Cultura, fue tramitada al pleno del Ayuntamiento, donde se aprobó por unánime acuerdo de todos los grupos políticos y tras recibir un aluvión de apoyos y adhesiones de diferentes entidades y asociaciones locales así como particulares.

Antonio Payá Juan, ha sido médico en Petrer durante más de 50 años tras jubilarse en 1987, pero siempre será recordado por ser el gran impulsor y «alma máter» de la residencia geriátrica La Molineta, un centro que comenzó su andadura en septiembre de 2013 con la vocación de mejorar la calidad de vida de las personas mayores. No obstante, quienes lo conocen aseguran que su mayor mérito es ser una persona sencilla, sincera, discreta y liberal, que se enorgullece de haber tenido el privilegio de dedicar la mayor parte de su vida a su profesión, al cuidado de su familia y de sus pequeñas aficiones: cultivar un pequeño huerto, las escapadas al mar, su afición por el tenis y los viajes a distintos países del mundo, pero sobre todo por la materialización de un sueño: la creación de una moderna residencia de ancianos, proyecto que empezó a fraguarse a mediados de la década de los ochenta y que hoy en día es una realidad. Además, la residencia La Molineta lleva su impronta personal. Para construir el centro hacían falta unos terrenos y Antonio Payá poseía alrededor de 5.000 metros cuadrados en la zona rural de La Molineta, que donó desinteresadamente para que allí pudiera levantarse el actual edificio. También ha sido esencial su contribución para crear el edificio destinado a los enfermos de Alzheimer, que conforman un complejo que presta una función asistencial y social de extraordinaria importancia.

El médico de Petrer siempre ha huido de reconocimientos públicos y actos protocolarios pero en 2014 fue nombrado «presidente honorífico a perpetuidad» de La Molineta y también el centro de salud II recibió en el año 2000, a propuesta del consejo de salud y con la aprobación del pleno municipal, su nombre por haber dedicado su vida a la medicina familiar y al cuidado de la salud de los petrerenses.

Con los 99 años recién cumplidos, Payá Juan sigue con la misma vitalidad, entusiasmo y ganas de trabajar que siempre ha tenido y que heredó de su padre, Antonio Payá Martínez, uno de los pocos médicos con los que contaba la población en los comienzos del siglo XX, y que jamás pudo imaginar que su hijo también sería el Hijo Predilecto de Petrer.