Planteada como un desafío, y con la sensación de cruzar la meta como un invencible después de 10 kilómetros de carrera y numerosos obstáculos por sortear, más de 1.600 atletas venidos de toda España participaron ayer en la «Eternal Running» de Novelda. Una competición que combina el ocio con el deporte, la resistencia con lo lúdico, la diversión con la superación, deparando grandes momentos de humor y entretenimiento ante el numeroso público congregado.

El itinerario de la «Eternal Running», que fue un secreto hasta última hora, se movió en su arranque entre las piscinas municipales y el velódromo, partiendo poco después por la ruta hacia el castillo de La Mola cruzando el río Vinalopó, hasta desembocar al final del mismo donde se ubicaban las esperadas pruebas muy cerca de la comparsa Damasquinos. Unas pruebas que generaron grandes dosis de risas entre saltos al vacío, (barrizal incluido), colchonetas gigantes, «tormenta eléctrica» (una especie de trinchera donde había que esquivar puntos con calambres) y pista americana (con neumáticos, contenedores, subida con cuerda...) que, en definitiva, hicieron las delicias de todos los asistentes: público y participantes.

Al evento asistieron varios representantes del Ayuntamiento con el alcalde de Novelda, Fran Martínez; el concejal de Deportes, Bartolomé Úbeda; la concejala de Cultura, Mado Abad, y el edil de Infraestructuras, Iván Ñíguez, entre otros.