Hay un club deportivo en Elda donde todos son iguales: los de mayor y menor edad, estatura, condición, nivel o posibilidades físicas o intelectuales. Pertenecen a él adultos, padres e hijos, 54 niños en total, algunos con dificultades por minusvalías duras o enfermedades raras. Todas las semanas se reúnen en La Sismat de Elda, para entrenar, convivir y volver a quedar. Se llama SBR, que son las iniciales de Swim, Bike and Run: nadar, bicicleta y correr. A ello se dedican los componentes desde cuatro años de SBR Elda Para-Triatlón.

A las cinco y media de la tarde, llenos de salud, empiezan a saltar, a correr y a realizar sus travesías o travesuras por el campo de fútbol de tierra. Una vez por semana allí. Otra en las piscinas de San Crispín. A lo largo de poco más de tres horas, van llegando más amigos. Alguno tiene autismo, o retrasos madurativos, ataques de epilepsia y enfermedades rarasenfermedades raras como el Síndrome de Mowat-Wilson. Pero no importan las dificultades porque entre los componentes mayores del SBR hay campeones de España y subcampeones de Europa, como Dani Abenza, Sara Luna o Gaspar Vañó, paraolímpicos en silla de ruedas o con ceguera.

La «cabeza pensante» es Rosa Varela, la entrenadora de todos ellos. «Las almas» son Samu y Roberto, atletas-guía que se dejan sus puestos de trabajo y sus familias por estar con quienes les reclaman en el club. «Aquí vienen a hacer deporte, no a competir», dice el presidente Paco Cascales, aunque también participan en pruebas celebradas en muchas ciudades.

«Este año hemos organizado el II Duathlón Escolar en Elda con el apoyo de la Obra Social de Caixapetrer. No te puedes imaginar lo que ha significado esa ayuda», añade Paco, que interrumpe la charla para saludar a Rebeca, de 14 años, que tiene parálisis cerebral y es ella la que ha traído a su madre Marisol. «Estaba cansada después de una dura semana y le he preguntado si nos quedábamos en casa, pero me ha dicho que de eso nada. Y aquí estamos preparadas las dos para correr». Pero no lo hace solo con su hija, sino junto a otros niños que necesitan más «guías» y cuyos papás no pueden hacer ejercicio. Y en ese momento aparece Dani, que nació sin respirar y ahora va con andador, y Borja que es pura energía a pesar de la afección cromosómica 2q22 que sufre.

Ya van dos horas de entrenamiento. Podrían haber elegido el teatro, pero han preferido el deporte como una demostración de inclusión social.

También podían haber elegido de nombre SBR como iniciales anglosajonas de Show, Believe and Reach: enseñar, creer y alcanzar. Que de eso se trata.