El bando moro reconquistó ayer la villa de Biar en una jornada única dentro de las fiestas de Moros y Cristianos y que escenifica el triunfo de la media luna a través de las mediciones de las calles, la embajada y el «Ball dels espies».

Tras la guerrilla en el Cerro de San Nicolás, los festeros se trasladaron a la plaza de la Constitución donde comenzó la «medició dels espíes». En ella un grupo de vecinos simulan el estudio de la villa por parte de los árabes que, disfrazados y portando reglas y cartabón, comienzan a medir el terreno. En la plaza del Ayuntamiento tuvo lugar la embajada, donde las huestes moras arrebataron la fortaleza al bando de la cruz. Tras la victoria de la media luna, comenzó el «Ball dels espíes», un baile ancestral donde cientos de parejas ataviadas con trajes antiguos, tomaron las calles de la villa.