Sí se puede Elda ha anunciado el inicio del proceso de expulsión del concejal Francisco García de su Grupo Municipal por «incumplimiento flagrante y no justificado del Compromiso Ético». La desobediencia del edil, argumentan, es su negativa a renunciar parcialmente a su remuneración económica como concejal para contribuir al sostenimiento del proyecto colectivo. El partido ya le ha reclamado su acta, pero el edil se ha negado a entregarla.

El concejal díscolo indicó que «somos dos concejales y sin previo acuerdo entre nosotros se presentó una propuesta a la asamblea desde mi punto de vista ilógica». García explica que según esa propuesta «yo pagaría un 21% y mi compañero un 7%, lo que me parece un agravio comparativo». La propuesta se aprobó con tres votos a favor y abstención del resto de la asamblea. «Nunca me he negado a pagar, de hecho pagué 300 euros, y en breve abonaré el resto del importe», apostilló.

También reconoce que existen algunas discrepancias en el seno del grupo. «Que tengo amigos de otros partidos.. y que he contradicho algún criterio. ¡Por Dios! Estas son las razones de peso por las que decidieron destituirme», aseguró. «Están en su perfecto derecho de hacerlo, aunque no lo comparto», concluyó.

Por otra parte, desde el grupo político se afirma que «Paco ha incumplido su palabra y ahora se niega a entregar su acta, haciendo caso omiso de nuevo al compromiso firmado por él, que incluía la revocabilidad de los cargos». Tras haber explorado todas las vías para que reconsiderara su postura «nos vemos en la amarga situación de tener que expulsarlo del Grupo», declaran. Desde la formación morada aseguran que García recibió «numerosos toques de atención» y que durante los últimos meses «ha actuado de forma independiente a la línea política que se defiende desde Podemos». Además, remarcan que «el compromiso ético era un contrato con la ciudadanía que le votó» y hacen referencia al Pacto Antitransfuguismo entre partidos, por el que García ya no estará adscrito a ningún grupo. En este sentido, aseguran que «dificultará aún más la situación política de Elda y supone una traición a quienes, con su voto, confiaron en este proyecto».