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Elda / Emprendedurismo

De ama de casa a quesera en plena crisis

Una empresaria inició su andadura profesional de forma autodidacta

De ama de casa a quesera en plena crisis

De ama de casa a empresaria. Hace cuatro años, a la eldense Inés Falcó no se le pasaba por la mente que pudiera fundar una empresa. Se dedicaba a cuidar de su casa, de sus hijos y a echar una mano en la empresa familiar de su esposo. Con su separación matrimonial, la situación cambio.

Inés se quedó con un futuro incierto por delante y todo ello, confiesa: «en plena crisis económica». Buscó trabajo en el calzado, el único sector donde tenía experiencia, limpió casas y después de un año sin encontrar nada que le hiciera ingresar en su casa un salario mensual, «se encendió la luz», cuenta.

«Había hecho antes queso fresco en mi casa por un cúmulo de casualidades», relata. Y añade que «empecé a elaborarlo para vendérselo a mi madre, a mis tías, a mis primas» y poco a poco ellas fueron sus primeras comerciales. «Me pedían quesos para sus familiares, vecinas y conocidas», explica y «los pedidos eran cada vez mayores así que decidí ir a Sanidad y preguntar qué debía hacer para vender mi queso».

La respuesta inicial le asustó. Pero no había otra salida, o se lanzaba a la aventura de crear una empresa para producir queso o paraba la producción. En la segunda ocasión que fue a Sanidad se encontró con Rafael Soriano. El técnico le apoyó en todo el proceso. «Gracias a su ayuda, la empresa de quesos es una realidad».

Ahora lleva la producción, la contabilidad, la distribución y la comercialización. Narra que «el proceso comienza con la compra de la leche al cabrero de Monóvar, Juan Luis Gimeno». Hasta allí se traslada a por la materia prima que más tarde convertirá en queso y ella misma distribuye.

Autodidacta

Inés echó mano de internet, de guías para elaborar queso fresco y requesón. Al principio, pasteurizaba la leche en casa tomando la temperatura con un termómetro de mano. Ahora en su quesería, el instrumental es más profesional, pero no pierde el toque artesano que le demandan sus clientas. Algunas de ellas se acercan a su establecimiento. Otras lo compran en los mercados y carnicerías de Elda, Petrer y Novelda y ahora también en Sax.

Con la marca Quesos Artesanos del Valle de Elda y en tan sólo año y medio, la eldense ha logrado integrar en su plantilla a una mujer. «Ella también es ama de casa y tenía muchas ganas de trabajar» y señala: «Son pocas horas las que le puedo ofrecer pero me siento muy orgullosa de poder dar trabajo a otra mujer».

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