Los tubos de escape de los coches. Ese es el nuevo botín que persigue una banda de ladrones especializados en sustraer los catalizadores, que es el mecanismo encargado de reducir en más de un 70% la emisión de los gases dañinos de los motores de los vehículos. Suelen estar formados por una pieza cerámica revestida con rodio o platino que, por efecto de los gases durante un tiempo prolongado, produce metales preciosos a través de una reacción química. De ahí que en el mercado negro se estén pagando por los catalizadores usados más de 150 euros. Un botín muy atractivo para ladrones con conocimientos de mecánica y mucha pericia.
Los robos están siendo muy frecuentes durante los últimos meses en los municipios del Alto y Medio Vinalopó pero esta semana la oleada se ha intensificado. Prueba de ello es que sólo en la madrugada del pasado jueves los ladrones desmontaron los tubos de escape de cinco vehículos estacionados en diferentes calles de Villena. Todos en la misma noche y demostrando una gran destreza a pesar de la dificultad que supone manipular el motor desde debajo del coche sin levantarlo del suelo, perpetrar el delito sin hacer ruido y en apenas cinco minutos empleando, además, una herramienta que corta el metal de forma limpia.
«No me podía imaginar que fuera tan fácil hacer algo así sin abrir el coche ni el capo, pero me han destrozado económicamente», señaló ayer una de las víctimas, un villenense de 53 años que ha preferido no revelar su identidad y al que la reparación le va a costar 2.821 euros. Él se dio cuenta de la sustracción cuando puso en marcha su furgoneta por la mañana y escuchó el extraño ruido que hacia el motor y el denso humo que arrojaba la zona delantera.
Hay muy pocos modelos de vehículos que por las características de su mecánica puedan librarse de la acción de esta banda organizada. Pero en algunos casos los propietarios afectados han decidido colocar un cubre cárter en los tubos de escape para protegerlos.
