A las once en punto de la mañana se escuchó el primer «tro» de la comparsa de «Blanquets» o «Templaris», que anunció la cercanía de los Moros y Cristianos de Biar, que se inician el próximo 10 de mayo. Como manda la tradición, cada festividad de San Vicente, la pólvora inundó la población, en un acto en el que los arcabuceros de las cuatro comparsas del bando cristiano salieron de la plaza del Ayuntamiento y volvieron a la misma, al igual que más tarde lo hicieron las tres del bando moro. Es la jornada en que más pólvora se quema en esta localidad. El estruendoso elemento festero queda, en los días patronales, relegado a las guerrillas.

Mientras, al Ayuntamiento llegaron las abanderadas. Estas mujeres que portan la bandera de cada una de las comparsas son también las grandes protagonistas de esta fiesta. Junto a ellas los sargentos desfilaron por el recorrido habitual entre los aplausos del numeroso público, que una vez acabado el disparo de arcabucería, se apostó en las estrechas calles de la ciudad.

Junto a ellas también caminaron las rodelas, una figura que casi se había perdido y que, en los últimos años ha cobrado protagonismo. Las pequeñas niñas con sus varas y su pañuelos acompañan a las abanderadas.

También participaron en el itinerario los presidentes de las comparsas, la corporación municipal presidida por el alcalde, Julio Sanjuán así como el cura párroco y la jueza de paz. La pregonera de las fiestas de 2016, la soprano Maria Teresa Albero Almiñana desfiló junto a los concejales. Tras el acto, los socios de las comparsa, junto a sus capitanes y abanderadas acudieron a los «masets» para disfrutar de la primera capitanía de los Moros y Cristianos. El día de San Vicente cierra un intenso fin de semana. El sábado comenzaron los actos con el pregón de Albero y que se centró en la música. La soprano leyó un discurso íntimo basado en las experiencias festeras de su infancia. Asimismo, en el acto se desveló el cartel de fiestas de la artista local Marta Cortés Zapater.