Los nervios afloraron entre los 120 colaboradores en el Vía Crucis viviente de Elda, momentos antes de la representación que se celebró ayer en el altico de San Miguel. Como en los últimos cinco años, los 96 actores se enfrentaron a una de las grandes historias de la humanidad: la muerte del Mesías. El Vía Crucis se inició a las 18:30 horas y culminó con la representación de la crucifixión en el monte del Lobo, simulando el montículo del calvario de Jerusalén. Uno de los momentos más intensos se vivió con el juicio a Jesús de Nazaret. A partir de ahí, durante kilómetro y medio, fue cubierto de latigazos hasta llegar a colgarlo en la cruz.

Poco a poco las calles por las que transcurrió el Vía Crucis se llenaron de vecinos de Elda, que se llegaron a contar por miles, asombrados por calidad de una representación.

La representación se pudo celebrar a pesar de los cambios de última hora. Un informe técnico desaconsejaba por motivos de seguridad la utilización del antiguo vivero que servía de escenario natural para las primeras paradas de la representación viviente de la Pasión de Jesús y por ello fue necesario modificar el recorrido. Una variación que supuso un trabajo extra para la organización del evento en los días previos a la teatralización de la Pasión.

La iniciativa de la representación viviente se puso en marcha en 2012 y fue llevada a cabo por Misioneras de las Doctrinas Rurales durante su estancia en Elda y fue muy bien acogida por la gente del barrio.