La pedanía de La Encina en Villena era conocida por ser uno de los nudos ferroviarios más importantes de España en el siglo XX. Ubicada en un cruce de caminos entre la Meseta y el Mediterráneo y rodeada de ricos terrenos de cultivo, el trasiego de vecinos fue constante hasta finales del siglo pasado.

Sin embargo, La Encina se está quedando vacía y los vecinos han dado la voz de alarma en Villena. Necesitan nuevos moradores. Una de las consecuencias del despoblamiento del lugar es que ya no hay niños, ni en los jardines ni en las aulas, y sólo cinco acuden a la escuela pedánea. «La asociación de vecinos ha pedido al Ayuntamiento que haga un llamamiento a la población villenense para repoblar la pedanía, ya que existe el peligro de perder la escuela por falta de alumnado», explicó el concejal de Bienestar Social, Jesús Hernández. El próximo curso tres de los cinco alumnos pasarán a cursar estudios secundarios, por lo que, tal y como establece la conselleria de Educación, si el centro educativo no tiene un mínimo de cinco alumnos desaparecerá.

La pedanía de La Encina está a 18 kilómetros del casco urbano de Villena, junto a las provincias de Valencia y Albacete y viven en ella 200 personas. «Es una zona con muchas ventajas para vivir, puesto que tiene innumerables servicios, así como empresas para trabajar, y todo ello rodeado de campos de cultivos» explicó el concejal.

Jesús Hernández animó a la población de Villena a trasladar su residencia a La Encina, «un lugar excelente para aquellos que busquen un estilo de vida más sosegado y cercano al medio ambiente». La pedanía cuenta con servicios tales como médico tres días a la semana, farmacia, línea de autobús que conecta con Villena dos días de la semana en invierno y tres en verano, zona de juegos, jardines, huertos urbanos, trenes con parada dirección a Valencia y Alicante, iglesia, cementerio y estafeta de correos, entre otros. Los vecinos de La Encina informaron de que existen quince casas en venta y varias viviendas en alquiler, «a unos precios asequibles», afirmó el concejal de Bienestar Social. Por otro lado, existe actividad económica en la pedanía con dos canteras, dos ganaderías, una planta termosolar, una gasolinera, dos restaurantes y está rodeada de terrenos agrícolas.

La Encina inicia su despegue poblacional en el siglo XIX con el inicio de la actividad ferroviaria, convirtiéndose en uno de los nudos ferroviarios más importantes de España con una población que superó los 1.200 habitantes. En 1970 comenzó el declive con la modernización ferroviaria.