Los monfortinos José Lidón, de 70 años, y su hijo José Antonio, de 36, no salían ayer de su asombro. «Lo que nos ha pasado es un milagro. Estamos vivos de milagro y no nos lo podemos creer todavía. Hemos vuelto a nacer, ha sido brutal, hemos vuelto a nacer porque nos podríamos haber matado y lo único que tenemos son rasguños», repetían anoche en casa mientras recordaban el accidente sufrido en la tarde del domingo. Se precipitaron con el coche por un barranco de 12 metros, junto al puente Ramón Berenguer, dando varias vueltas de campana hasta quedar boca abajo en el cauce del río Tarafa de Aspe. Sin embargo el hijo sólo requirió asistencia en el centro de salud y el padre fue dado de alta al mediodía de ayer, tras permanecer la noche en el Hospital del Vinalopó en observación.

«Habíamos pasado el día en el campo y volvíamos a nuestra casa en Monforte después de comprar una barra de pan para cenar en Aspe. Una barra de pan que casi nos cuesta la vida porque, justo cuando estábamos en la rotonda del puente, vino otro coche a toda velocidad, se saltó la señal y nos chocó haciendo que diéramos varias vueltas hasta que caímos por el barranco», relata el padre. Su hijo iba a volante y logró romper un cristal para salir y pedir ayuda pero José Lidón se quedó atrapado, y tuvo que esperar media hora para ser rescatado. «El coche ha quedado destrozado y a nosotros no nos ha pasado nada. Cuando he ido al barranco me he puesto a llorar y cuando he visto cómo ha quedado el coche no puedo entender que sigamos vivos. Ahora sí que puedo decir que los milagros existen», afirma emocionado.