Cuarenta años se cumplen mañana de la muerte del eldense Teófilo del Valle Pérez, el trabajador de 20 años que fue abatido por dos disparos de la Policía Armada durante las movilizaciones obreras y libertarias de la Transición. Él fue la primera víctima en España del posfranquismo y tanto Elda como Petrer van a recordar aquel turbio suceso, acaecido el 24 de febrero de 1976, que se cobró la vida del joven obrero, y del que nunca se depuraron responsabilidades a pesar de las múltiples y multitudinarias protestas que se sucedieron en las semanas siguientes en todo el País Valenciano. De hecho, a su entierro en Elda asistieron al día siguiente alrededor de 30.000 personas, la mayor manifestación de la historia de la ciudad en la que, paradójicamente, no hubo ni presencia policial ni incidentes.

En la plaza de Petrer que lleva el nombre de Teófilo del Valle se realizará mañana, a las siete y media de la tarde, una concentración de homenaje que ha sido convocada por la concejalía de Cultura. También Elda decidió ayer, durante la junta de portavoces celebrada a mediodía, abrir un expediente para dedicar en su memoria una calle, una plaza o un espacio público en la localidad. Una iniciativa que ha partido de todos los grupos con representación municipal -PSOE, Compromís, EU, Sí se puede Elda y Ciudadanos- a excepción del PP que, de momento, ha preferido no pronunciarse.a excepción del PP

Un día antes del fatídico acontecimiento unas 4.000 personas marcharon de Elda a Petrer por la carretera. La Policía Armada cargó sin bajarse del coche con los «jeeps» circulando a toda velocidad obligando a los manifestantes a arrojarse a las cunetas. La industria del calzado estaba en esos días en huelga. Los 21.000 trabajadores del sector reclamaban 5.000 pesetas semanales de aumento salarial o 2.500 de incremento lineal para todas las categorías; 40 horas de trabajo en cinco jornadas, 28 días de vacaciones al año y que las empresas se hicieran cargo del pago del IRTP. El paro fue secundado por el 90% de las fábricas y las asambleas se sucedían en las plazas y campos de fútbol.

Oficinista y monaguillo

Al día siguiente, el 24 de febrero de 1976, cerca de 5.000 personas se reunieron en la Plaza Castelar de Elda y allí también acudió la Policía para cargar contra los manifestantes, que se dispersaron con rapidez. La mayoría optó por acudir a la iglesia de San Francisco de Sales para realizar una asamblea. Precisamente en la parroquia de la que Teófilo del Valle fue monaguillo siendo niño con el cura Francisco Coello. Al salir de la reunión, pasadas las once la de la noche, el grupo coincidió en la calle San Roque con un convoy de los «grises» que iba de regreso a los cuarteles. La multitud abucheó e insultó a los agentes e incluso se lanzaron piedras contra los vehículos. El último se detuvo. Bajaron varios policías y uno de ellos disparó. El oficinista Teófilo del Valle, nacido en la ciudad gallega de Sillera pero residente en Elda desde los ocho años, murió en el acto tras recibir dos impactos de bala con 20 años recién cumplidos. Las escuetas explicaciones dadas por el Gobierno Civil no convencieron a nadie y en los días siguientes se sucedieron las protestas en forma de huelga general en Elche y Elda entre otras muchas ciudades. Para el siguiente domingo, El Consell Democràtic y la Junta Democràtica convocaron, en Alicante, una manifestación de solidaridad y solicitaron la dimisión del gobernador civil. Manifestación que también fue reprimida con todo rigor.

De aquellos hechos han pasado 40 años pero los Ayuntamientos de Elda y Petrer quieren mantenerlos vivos en la memoria histórica.