Bobinas de filamentos de colores y máquinas de impresión en 3D es el paisaje de una nave ubicada en el polígono industrial La Torreta de Elda. Es una vieja fábrica reformada en parte y a la que le han dado, en sus oficinas, un aspecto mucho más moderno con colores fuertes y vivos y mobiliario de líneas rectas que intenta dar la imagen de las «Starups» más emblemáticas de Estados Unidos. Es la sede de una empresa, «Recreus», que dio sus primeros pasos en casa de los padres de Ignacio García, su fundador. Y ahora, se ha trasladado a un antiguo edificio fabril. Pero allí, como cuenta García, se trabaja «sabiendo que estamos en la tercera revolución industrial».
Cinco trabajadores y un montón de ideas son los recursos de «Recreus». La firma es la niña de los ojos de Ignacio, un ingeniero industrial que abandonó su puesto de trabajo para lanzarse a una aventura con la que convertir su afición en su negocio.
Todo empezó con la compra y el montaje de una impresora 3D. Probando, investigando y jugando con ella se dio cuenta de la necesidad de un material flexible para este tipo de maquinaría. Hasta entonces todo los que se podían utilizar eran rígidos. Una invención que supuso una verdadera revolución en este campo.
Así nació filaflex, un filamento creado de polímeros y aditivos. El material plástico es el más elástico del mundo y ha convertido a la empresa eldense en un referente español en la impresión 3D. Con él se podían crear unas zapatillas de plástico con una pequeña impresora de bajo coste.
Otros sectores
La moda y la sanidad son sectores donde filaflex se ha introducido con notable éxito. De hecho, nuevas diseñadoras como Danit Peleg o Rocío Izquierdo lo han utilizado para crear sus propios tejidos y diseñar sus colecciones.
También en el mundo sanitario este material ha conseguido abrirse hueco. García relata que en el hospital estadounidense MIT y en clínicas de Los Ángeles reproducen órganos con él para así simular operaciones complejas antes de realizarlas en los pacientes.
Asimismo, en colaboración con el ingeniero inglés, Steve Wood han recreado una mano protésica muy similar tanto en movimiento como en tacto a la humana, consiguiendo, asegura Ignacio «abaratar el coste de las prótesis».
«Recreus», además de ser una máquina de innovar, sigue los pasos de las nuevas empresas que acaban compartiendo sus diseños y sus investigaciones con la comunidad que le sigue en internet. En su página se pueden descargar muchos de los modelos diseñados.
La cabeza de Ignacio nunca se detiene. Siempre hay una necesidad, un hueco que él puede cubrir a través de la innovación. Nuevos materiales, más rapidez en las impresoras nada queda fuera de su curiosidad. El joven fundador de «Recreus» reconoce que «todo se basa en prueba, ensayo y error hasta que consigues encontrar lo que andabas buscando».
