Dos semanas quedan para que Sax se sumerja en sus Fiestas de San Blas, las primeras con las que arranca el calendario de los Moros y Cristianos de la provincia. Anoche sonaron en la calle los primeros pasodobles bajo los arcos de luz y empezó la cuenta atrás en un Teatro Cervantes abarrotado de festeros. Había expectación por presenciar la exaltación de las capitanías de las comparsas, de las que se marchan con pena y de las que llegan con júbilo, y escuchar el pregón del expresidente de la Mayordomía de San Blas.

Pascual Chico Estevan habló con cariño de las ocho comparsas de Sax, de las singularidades de algunos actos, de la Mayordomía que dirigió durante la anterior etapa hasta que el actual responsable, José Vicente Vaquer, le sucedió y también repasó su vida festera desde 1980, cuando fue elegido secretario de su comparsa, los Turcos, hasta que en 2014 finalizó su mandato al frente de la entidad encargada de organizar la fiesta más importante de la villa.

«Y hablando de mi otra casa -recordó anoche Pascual Chico- en enero de 2007 se inauguró el local social de la Mayordomía. En una de las paredes del salón de exposiciones el Ayuntamiento puso una placa que decía así: "Que este sea un lugar de encuentro". Que frase más acertada. No sólo es un lugar de encuentro para las comparsas y los festeros, sino también para el resto de la población. Así es como entiendo yo qué es la Mayordomía, una entidad abierta a todos, porque la fiesta somos todos, festeros y no festeros. Entre todos hacemos posible que, año tras año, consigamos que nuestra raíces y nuestra identidad como pueblo y como personas estén mejor arraigadas y gocen de una buena salud».

Eso dijo el pregonero recreándose en los «cinco primeros días de febrero que son los que todos los sajeños nos reservamos para olvidar la rutina, dedicarle más tiempo a nuestro patrón, que es el único motivo por el que celebramos nuestra fiesta, y para vivir más intensamente a nuestras familias y amigos». Cinco días para los que sólo quedan dos semanas.