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Las persianas, el nuevo botín de los ladrones en Elda

Una decena de hurtos en diferentes barrios pone al descubierto la nueva modalidad delictiva

Las persianas, el nuevo botín de los ladrones en Elda

Una simple persiana de plástico o de madera también puede convertirse en un botín para los ladrones urbanos. Nadie lo hubiera pensado pero así es. En las últimas semanas se ha detectado una oleada de robos de persianas en diferentes barrios de Elda.

Los ladrones actúan de noche y en un par de segundos consiguen llevarse el objeto sin casi riesgo ni esfuerzo para, a continuación, ocultarlo en un vehículo donde apenas ocupa espacio si se enrolla bien.

El valor de las persianas varía en función de su tamaño pero, por término medio, ronda los 20 o 25 euros. Los ladrones las venden a la mañana siguiente en los rastros o mercadillos populares de poblaciones del interior o la costa por cinco o seis euros. Es la última «moda» de la delincuencia urbana. Un hecho insólito contra el que los propietarios afectados ya están tomando medidas. Muchos de ellos han decidido atornillar la nueva persiana al marco de la puerta en lugar de dejarla colgada únicamente con dos clavos.

Al robo de los picaportes de las puertas, de las papeleras y bolardos de las calles, de los aspersores de riego, bancos y vallas metálicas de los parques y jardines públicos así como de los buzones de las comunidades de vecinos hay que añadir ahora las persianas. Y es que en el mundo de los cacos no se deja nunca de inventar.

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