Médicos, neurólogos, pediatras, psicólogos, psiquiatras y pedagogos, después de rigurosos estudios e investigaciones en todo el mundo, coinciden en que los primeros años de la vida de un niño son decisivos para mejorar su capacidad cerebral, porque es el período en el que se establecen las conexiones neuronales. Pues bien, para desarrollar todo el potencial de cero a cinco años el centro Carmelitas de Elda ha añadido, a su amplia oferta educativa, el Programa de Estimulación Temprana de las Inteligencias. Un proyecto implantado por el departamento de Calidad, Innovación e Investigación Educativa tras años de trabajo y por el que ya han pasado casi 90 bebés con sus familias que acuden al cole, entre uno y cinco días a la semana, para realizar juegos y ejercicios que refuerzan sus funciones cerebrales, ayudan a su organización neurológica, fomentan su autonomía y contribuyen a prevenir problemas del aprendizaje.
Precisamente, la etapa de uno y dos años ha permitido a las Carmelitas de Elda abrir un segmento pionero en la provincia ofertando, desde 2010, una formación y educación integral en valores y capacidades basadas en las inteligencias múltiples -Howard Gardner-; el Proyecto «Yoleo» para enseñar a leer a alumnos desde los 6 meses con el método Glenn Domann; «Matemáticas Entusiasmat» para el aprendizaje por proyectos de comprensión; el método Suzuki de violín; el Proyecto de Desarrollo Físico Básico; «Hello English», más la estimulación temprana de las inteligencias. A la amplia oferta educativa desde 1 año hasta Bachillerato, se suma la escuela de padres y bebés de estimulación temprana de las inteligencias desde los 0 meses a la que asisten actualmente 26 alumnos de Elda, Petrer, Villena, San Vicente e incluso Bristol. A esta escuela de genios -que ya está ofreciendo resultados extraordinarios en su segundo curso- puede asistir cualquier niño y es única en la provincia, además de pionera en la Comunidad junto a otros tres centros más.
La actividad comenzó en 2014 con el objetivo de que los niños alcancen la excelencia física, intelectual y social desde que son recién nacidos. Y son los propios padres y abuelos quienes lo aplican en un aula especial bajo la dirección de la psicóloga Encarna Martínez. «La alimentación del cerebro son los estímulos y en el primer año se produce el máximo desarrollo cerebral, pero la sobreprotección en las etapas más tempranas no es buena para los niños», ha explicado la experta mientras las madres que asisten al programa han reconocido que sus bebés han progresado «mucho en poco tiempo». Y el más pequeño tiene un mes.
