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Ruth Vera

«Uno nunca se acostumbra a decirle a un enfermo que no va a superar un cáncer»

«Además de la familia, también añoro la luz de Elda y su buena climatología», confiesa

«Uno nunca se acostumbra a decirle a un enfermo que no va a superar un cáncer»

Ruth Vera, de 49 años, estudió Medicina por vocación y ahora, después de asumir varios cargos de responsabilidad en el sistema sanitario de Navarra, le ha llegado la oportunidad de dirigir la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM). A los 17 años abandonó su ciudad, Elda, donde viven sus padres y hermanos. Primero estudió Medicina en Valencia, hizo la residencia en Barcelona en el hospital de la Vall d'Hebrón y después se trasladó a Pamplona. Su trabajo asistencial y de investigación ha estado vinculado al cáncer, primero al de mama y al colorrectal y ahora a los tumores digestivos.

¿Qué proyectos se plantea al asumir la vicepresidencia de la SEOM?

Asumo la vicepresidencia con el compromiso de ser la presidenta dentro de dos años. Desde la Sociedad se hace una labor continuista y antes de ser presidente se pasa por un periodo de adaptación para conocer los proyectos y llevarlos adelante. Ahora estamos trabajando para que el acceso a los fármacos sea igual en todas las comunidades autónomas. Un estudio nos dice que no es así y uno de nuestros grandes retos es conseguirlo.

¿Tiene como objetivo iniciar algún proyecto propio?

Me motiva especialmente realizar un registro con los resultados de la utilización de los fármacos en cada hospital y de la información que nos aporten extraer resultados para favorecer la investigación y así mejorar. Nnuestro foco está puesto en el paciente.

El cáncer se sigue asociando a la muerte ¿Es la suya es una especialidad poco satisfactoria?

Es una lección continua de vida. He tenido pacientes de los que nunca me olvido. Siempre les digo que la enfermedad es un paréntesis y que la vida luego sigue. Es muy duro tener que decirle a una persona que no va superar la enfermedad. Es algo a lo que nunca te acostumbras, aunque lo asumes como parte del trabajo. Pero también me ha dado muchas satisfacciones y me hace ver lo realmente importante de la vida.

Hace mucho tiempo que se marchó de Elda ¿Todavía echa de menos algo?

Me marché con 17 años, pero mis padres y mis hermanos viven allí y voy todos los años. En Navidades no faltaré. De hecho, mis hijas ya están contando los días que faltan para ir a ver sus abuelos a Elda y les encanta pasar los veranos allí. Además de la familia que siempre se echa en falta, también añoro la luz de Elda, la luz de Alicante. Su buena climatología no la tenemos en Pamplona.

¿Le han felicitado muchos eldenses por su nuevo cargo?

Sí. Me resulta sorprendente que se acuerden de mí y me feliciten vía correo electrónico o teléfono. Han sido muchas las muestras de cariño que me han dado desde Elda y me siento muy orgullosa de mi ciudad.

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