En pleno centro de Elda conviven edificios de nueva creación con otros en ruinas y que amenazan con caerse al suelo. En la mayoría de ocasiones, se trata de pisos abandonados o viviendas en las que los propietarios no realizan las tareas de mantenimiento e incumplen los requisitos de seguridad.
A diferencia de otras ciudades de la zona, el corazón urbanístico de Elda a penas tiene monumentos históricos, pero los escasos edificios que todavía poseen la huella de lo que fue el centro eldense amenazan con su pronta desaparición, si nadie lo remedia. La pobreza urbanística de los edificios de la ciudad aumentará cuando algunas de las casas, que todavía mantienen intactos sus remates solariegos desaparezcan.
Algunos de los que corren peligro de derrumbe, sin techos y a merced de las inclemencias meteorológicas sufren en sus estructuras la desidia de sus propietarios y de las autoridades municipales, que poco han hecho a lo largo de décadas para establecer un plan de choque que frene el continúo abandonó de casas, solares y bajos comerciales de las calles con más solera.
Son muchos los viandantes que tienes que bajar de la acera para sortear las vallas que por seguridad se instalan en las aceras para evitar que el desplome de alguno de ladrillos de estas casas en mal estados puede afectarles.
Enfebrecido por la burbuja de la construcción, en Elda, el sector extendió sus tentáculos hacía la periferia. Con suelos vírgenes donde levantaron con más facilidad grandes edificaciones, grandes avenidas y espacios para los pequeños y sobretodo, más lugares y garajes donde aparcar los vehículos. Frente a estas obras nuevas, el centro se fue despoblando debido a las dificultades de mantener en pie edificios de hace décadas y rehabilitarlos.
Ahora, sin embargo, el debate del Plan Estructural del Ordenación Urbana de Elda ha puesto sobre la mesa, la necesidad de regenerar el corazón de la ciudad. Desde Izquierda Unida, se ha indicado, que «el problema de Elda hoy es de reformar interior, de regenerar y mejorar los tejidos urbanos existentes». De igual manera, la concejala de Urbanismo, Pilar Calpena se alegraba de que en el debate del plan y en las alegaciones, los eldenses apuesten por una ciudad «sostenible» sin grandes macrourbanizaciones nuevas y con un gusto por recuperar los barrios y el centro.
Por ello, será necesario que se apueste por un plan integral de rehabilitación que bonifique mediantes tasas la rehabilitación de estos edificios. Aunque algunos es imposible sacarlos de la UCI y tienen los días contados antes de que se conviertan en un solar, como otros muchos acabaron antes.
Para otros barrios, Tafalera y Numancia, cercanos a las calles más céntricas de Elda, no sólo será necesario plantear proyectos urbanísticos como los que ya se anunciaron en anteriores legislaturas sino que precisarán un actuación social que subsane los problemas de marginalidad.
