Tiendas llenas de abrigos, jerseys de lana, capas y pantalones de franela es el paisaje de las calles comerciales de las ciudades del Alto y Medio Vinalopó. En plena campaña de otoño-invierno, las temperaturas todavía marcan 25 grados en las horas del mediodía y la manga corta se resiste a abandonar los armarios. Así, la mejor campaña del año en el sector de la moda y complementos se atrasa a la espera de que el mercurio señale menos grados.
El calor otoñal ha causado una caída interanual en el comercio minorista de hasta el 10% de las ventas, según apuntan expertos en esta materia. Aunque no todas las noticias son malas, según la oficina de Comercio y Territorio Pateco del Consejo de Cámaras de la Comunidad Valenciana, «la evolución de las ventas durante la recta final de este año podría seguir la misma tendencia alcista del año pasado, en el que las ventas minoritaria crecieron en la Comunidad Valenciana un 6,9%».
A la crisis y la falta de ventas de los últimos años, los comerciantes llevan añadiendo en las últimas temporadas los problemas del tiempo que suponen numerosas pérdidas. Así, los dueños de los establecimientos de ropa y complementos miran al cielo, como antes lo hacían los agricultores y esperan que en lo que resta de mes de octubre, todavía el frío y la lluvia atraigan a sus clientes en busca de las primeras prendas de abrigo. Las tiendas, que han sobrevivido al envite de la crisis de estos últimos años, sacan a primera línea de sus percheros las camisas y los sufetes más ligeros para ver si se animan las ventas. Pero pocas estrategias pueden realizar los pequeños comerciantes que ven como llega el mes de noviembre y con él, el adelanto de la campaña de Navidad y los descuentos de las grandes de cadenas con los que tendrán que competir con las tiendas llenas de género desde septiembre y sin salida, si la climatología lo cambia.
Las colecciones de otoño/invierno tienen más peso que las estivales. De hecho, las ventas de este último trimestre supera el 30% de todo el año. Por eso, los comerciantes eldenses se resisten a optar por promociones, descuentos o rebajas.
El técnico de comercio del Ayuntamiento de Elda, Javier Paterna, señaló que «además de los propietarios de las tiendas, también los representantes de las marcas de moda así como los distribuidores están notando el freno». Los clientes no precisan de ropa y aguantan a que desciendan las temperaturas para decidirse a comprar. Sin embargo, el calor no paraliza a quienes se paran en los escaparates o entran a los establecimientos ávidos de conocer las últimas tendencias.
«El comentario de la gente siempre es el mismo. Dicen que con este calor ni siquiera se han decidido a sacar la ropa de invierno de los armarios y, hasta que no lo hagan, no saben qué necesitan para la temporada invernal», explica una de las dependientas en Elda.
En Villena, la asociación de comerciantes apuesta por las experiencias dentro de las tiendas para intentar atraer a los clientes a ellas y así incentivar las compras. Una de ellas ha sido la celebración del brindis del 20 aniversario de Comercios y Servicios Vi en cada una de las tiendas asociadas.
