La Unió de Llauradors estima que las tormentas acompañadas de pedrisco del fin de semana han originado daños «aislados» y «muy localizados» en el campo, aunque en algunas localidades han sido graves. En general, salvo en zonas concretas, las lluvias han sido beneficiosas a excepción de aquellos lugares donde las precipitaciones han sido torrenciales. La valoración global, por tanto, es positiva después de la sequía que se viene arrastrando. Las lluvias servirán para ahorrar algún riego, recargar los acuíferos, limpiar los árboles de posibles plagas, aumentar el calibre del fruto y regenerar los pastos.

En la provincia las comarcas más afectadas han sido l'Alcoià y el Vinalopó. Según indica La Unió, la población de Castalla ha resultado muy afectada. Sobre todo los cultivos de olivo con unas 1.000 hectáreas y el almendro con unas 800 hectáreas. En el Medio Vinalopó prácticamente no ha caído pedrisco o, al menos, no ha afectado a zonas con producciones agrarias. Por contra en el Alto Vinalopó los términos más «castigados» han sido los de Cañada, Beneixama y Villena. En esta última localidad las zonas de mayor afección han sido las partidas de Las Virtudes, Las Pedrizas, El Morrón, El Puerto y El Puntal. La vendimia aquí estaba muy avanzada y los daños serán escasos aunque ayer todavía no se sabía el estado de los árboles frutales. En Cañada los destrozos estimados abarcan 500 hectáreas de olivar y 60 hectáreas de viña por haberse retrasado la vendimia; mientras que en la vecina localidad de Beneixama el cultivo del olivo ha sido el más perjudicado.

El pedrisco ha provocado que la almendra caiga a tierra, lo que complicará la recolección y aumentará los costes. Pero el olivar se encuentra en una fase previa a la recolección y, por tanto, es un cultivo que ahora es muy sensible al granizo. De ahí que La Unió considere que los daños serán cuantiosos.