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Petrer

El agua vuelve a fluir y llenar los «tolls» de la rambla de Puça tras dos años de sequía

Las últimas lluvias han recargado los acuíferos y el enclave ha recuperado el salto de agua de 15 metros junto al Molí del Salt

El agua vuelve a fluir y llenar los «tolls» de la rambla de Puça tras dos años de sequía

El agua corre y salta de nuevo por la rambla de Puça. Las últimas lluvias han recargado los acuíferos subterráneos contribuyendo a recuperar un espacio natural cargado de historia, situado en plena montaña de Petrer, que permanecía seco desde el verano de 2013. Precisamente en esas fechas este diario ya publicó un reportaje sobre la rambla de Puça con sus relajantes saltos de agua y sus refrescantes baños veraniegos. Hasta el recóndito enclave próximo al Molino de la Reja acudían cada semana centenares de vecinos de Petrer, y también de otras localidades cercanas, que aprovechaban los meses de julio y agosto para refrescarse de los asfixiantes calores en los cristalinos remansos y, cómo no, para jugar en el espectacular salto de agua de quince metros de altura junto al Molí del Salt.

En los años previos a la sequía este humedal era una alternativa de ocio a la playa y la piscina porque, debido a la crisis económica, muchas personas no podían permitirse gastos extraordinarios en sus vacaciones. Había incluso familias enteras que acudían a la rambla por la mañana, con sus toallas, bañadores y mochilas cargadas de viandas para darse un chapuzón y comer antes de regresar a casa.

Sin embargo, durante el verano de 2014 la sequía que asoló el Alto y Medio Vinalopó, la mayor de los últimos 150 años, y el consecuente aumento del consumo de agua procedente de la mina de Puça hicieron de este oasis un secarral. Una triste imagen que se ha transformado desde hace apenas unos días. Ahora los remansos de agua, los conocidos como «tolls», han vuelto a llenarse, la vegetación propia del humedal ha recuperado la frondosidad perdida, la fauna está reapareciendo y el incesante sonido de los saltos de agua se escucha, de nuevo, desde el mismo camino que conduce al Molino de la Reja en dirección al nacimiento.

El agua es vida y la vida ha vuelto a brotar en la rambla de Puça.

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