Las Fiestas Patronales de Petrer, en honor a la Virgen del Remedio, arrancaron con la romería que se realizó el sábado a las 18.30 horas, desde la iglesia San Bartolomé, cruzando la Avenida de Elda y finalizando con la llegada a la parroquia de la Santa Cruz. Sin embargo, ayer los petrerenses no pudieron trasladar la imagen de la virgen a la iglesia San Bartolomé, como estaba previsto, debido a la gran cantidad de lluvia que cayó en la localidad.

Ante tal situación el evento ha sido aplazado para el próximo sábado 3 de octubre, a las 17.30 horas, y será entonces cuando los cientos de vecinos del municipio puedan disfrutar de este acto, como lo hicieron el pasado sábado.

Pañuelo azul esta vez

La hermandad de mujeres de la iglesia de la Santa Cruz, la cual encabezó el paseo de la patrona hasta la mitad del recorrido, tomó el relevo justo en el cruce de la calle Elche. Todas sus componentes llevaban el tradicional pañuelo al cuello, este año de color azul, y se encargaron de terminar el traslado de la Virgen hasta llegar al templo, acompañadas por el párroco, la mayordomía, los vecinos petrerenses y la Asociación Musical «Virgen del Remedio» de Petrer.

Fue alrededor de las 19 horas cuando se produjo este traspaso entre los dos grupos portadores de la imagen, y justo aquí se vivió uno de los momentos más emotivos de la romería. En la intersección que divide las dos parroquias la Virgen paró varios minutos para que posteriormente las mujeres tomaran la talla en sus hombros, a la vez que sonó el himno de Petrer. Por su parte, los vecinos de la localidad lo cantaban con mucha emoción y los pétalos rojos lanzados a la Virgen cobraron protagonismo, en una tarde en el que el municipio lucía mantones de manila en los balcones. La intervención realizada por el Coro de los Santos Patronos de Elda ponía fin a la cita del sábado, la cual se ha convertido en un preludio de las fiestas patronales de Petrer, y que se volverá a repetir el próximo 3 de octubre cuando la imagen de la Virgen vuelva de nuevo a la iglesia San Bartolomé, tras haber pasado una semana fuera de ésta.