La ministra de Empleo y Seguridad Social, Fátima Báñez, quiso estar presente ayer en el acto de recolección del primer racimo de uva de Vinalopó. Lo hizo a pesar de que a las cuatro de la tarde tenía que estar en Madrid para asistir al Senado, lo que le obligó a romper el protocolo y abandonar el Centro Cívico de Novelda tras adelantar su intervención a la del presidente de la Diputación, César Sánchez, y a la del secretario autonómico de Agricultura y Desarrollo Rural, Francisco Rodríguez. Fátima Báñez valoró el trabajo que realizan los trabajadores del sector «porque habéis convertido el cultivo de la uva en un arte y la habéis hecho una parte de la Marca España». Para ella los agricultores del Valle de las Uvas tienen un valor añadido porque han sabido reinventar una tradición milenaria en un sector estratégico. Es la primera vez que un ministro acude al acto simbólico del corte del primer racimo de la uva embolsada del Vinalopó. Pero lo de ayer no fue normal. Hubo «desembarco político» presumiblemente marcado por la proximidad de las elecciones generales. Prueba de ello fue la presencia del delegado del Gobierno en la Comunidad Valenciana, del subdelegado del Gobierno en Alicante y de los alcaldes y concejales de muchos pueblos de la comarca. El anfitrión, el de Novelda, el socialista Fran Martínez, se casó el pasado jueves y esperó ayer a que finalizase el acto de presentación para marcharse de luna de miel con su mujer.