La romería de la Virgen, que daba comienzo a las 18.00 horas de la tarde de ayer, reunió cerca de 25.000 personas en Villena. Entre los asistentes se encontraban el presidente de la Junta de la Virgen, Manuel Muñoz, y las dos regidoras, Haizea Bernabeu y Ariadna Navarro. Además, tampoco faltó el alcalde de la localidad, Javier Esquembre, y la concejala de Fiestas, Conchi Beltrán.

Las miles de personas acompañaron a la Virgen de las Virtudes en el camino de siete kilómetros, que llevó a la imagen desde su santuario hasta la iglesia de Santiago lugar en el que presidirá el altar mayor durante todas las fiestas de Moros y Cristianos.

Con la aparición de la patrona fueron muchas las personas incapaces de contener las lágrimas. Por su parte, los arcabuceros de la comparsa de Los Piratas fueron los encargados de anunciar que se iniciaba el largo camino, y así fue como los romeros comenzaron su andadura. Todos ellos contaban con el pañuelo de romero, este año amarillo, y arroparon a «La Morenica», en una tarde en la que el viento hacía más agradable el camino. Cerca de las 19.45 horas la Virgen hizo su parada en la ermita de San Bartolomé durante 15 minutos. En todo este tiempo la campana no dejó de sonar, y mientras unos se unían al camino, otros merendaban y cogían fuerzas.

En este punto comenzó su tramo final hasta el casco urbano. En muchas casas de campo aguardan a «La Morenica» para cubrir sus andas de alfábega, también conocida como albahaca, planta aromática de uso común en los Moros y Cristianos de Villena.

Los rayos de sol desaparecieron cuando Nuestra Señora de las Virtudes ya se encontraba en Villena y los fuegos de artificios informaban de ello. Las 14 comparsas de Moros y Cristianos iniciaron el desfile con la arcabucería. Posteriormente, las autoridades y las bandas de música acompañaron a la imagen hasta la iglesia de Santiago, lugar en el que permanecerá hasta el 9 de septiembre.

Pasacalles cubierto de pólvora

Por la mañana, unos 500 arcabuceros iniciaron el tradicional pasacalles de Villena, con los primeros disparos. Todas las comparsas se dispusieron a disparar el arma, dando comienzo a más de dos horas de desfile. Una vez finalizado el acto, cada capitanía guardó la bandera en su respectiva sede social.