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Elda deja morir un canal de riego del siglo XVIII

El expolio y la erosión afectan a la conservación del acueducto de la acequia de Bolón

Elda deja morir un canal de riego del siglo XVIII

Elda ha abandonado a su suerte buena parte de su patrimonio histórico. Y a pesar del interés de ciertos colectivos por recuperar el escaso legado que sigue en pie, la ciudad mantiene su mirada en el presente dejando que algunas de las joyas de su pasado se pierdan.

Al cruzar el barranco del Gobernador se encuentra uno de los elementos que muestran que Elda ya existía antes del siglo XX. Es un histórico canal de riego de la antigua acequia de Bolón, que fue construido en el siglo XVIII siguiendo el mismo trazado de un azarbe árabe. Ahora, únicamente dos columnas se divisan en el horizonte al pasar por la senda que lo atraviesa.

Tres siglos después de su construcción, en 2010, sufrió el primer atentado y poco a poco se ha ido expoliando, sin que nadie lo remedie. También la erosión ha contribuido a la reducción del acueducto que, en medio de un paraje natural, ha perdido parte de la grandeza de su pasado.

El mayor acueducto de Elda cada vez tiene menos metros en pie. Y aunque aparece en el catálogo de Bienes y Espacios Protegidos de Elda, aprobado en pleno en 2014, su desaparición cada vez está más cerca. El presidente de la Asociación de Amigos del Patrimonio Histórico y Cultural de Elda (Mosaico), Juan Carlos Valero, indica que «hemos conseguido el primer paso, que figurase en el inventario patrimonial», pero reconoce que «una cosa es que se plasme en el papel y otra que se conserve realmente». «Al acueducto le pasa lo mismo que al resto del patrimonio de Elda, que es muy complejo restaurarlo y conservarlo», zanjó Valero.

El presidente del colectivo conservacionista insiste en que «no se trata sólo de interés y actuaciones políticas sino de que los ciudadanos se conciencien de su legado histórico y demanden que se mantenga en pie».

En desuso desde los años 40

El canal recogía las aguas de Alfaguara, justo debajo del castillo de Elda, y atravesaba el árido paraje de Las Cañadas tras pasar antes por la partida de La Melva, circundar las faldas del Monte Bolón, alcanzar la parte más elevada de Campo Alto y llegar a su fin muy cerca de la estación del tren de Monóvar. En total cinco kilómetros de longitud de una infraestructura hidráulica que dejó de utilizarse en los años 40.

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