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Elda

Una dejadez muy bochornosa

El Ayuntamiento recibió hace justo un año los 33.300 euros del seguro para reparar la avería del sistema de climatización del Museo del Calzado pero destinó el dinero a otros fines

Los visitantes del Museo del Calzado tienen que echar mano del abanico para soportar el calor. CARLOS RODRÍGUEZ

El anterior equipo de gobierno popular de Elda nada hizo por subsanar la avería que el sistema de climatización del Museo del Calzado sufre desde la primavera del año pasado. El problema surgió cuando unos ladrones lograron acceder una noche a la azotea del edificio para robar el cobre de los aparatos de aire acondicionado. El botín que obtuvieron fue mínimo para el alto coste del destrozo que ocasionaron. Pero desde entonces, y han pasado ya 18 largos meses, en invierno hace frío -aunque es llevadero- y en verano mucho calor. Un bochorno insoportable.

De hecho, en las horas centrales del día, los termómetros marcan los 35 grados centígrados de temperatura dentro del museo, aunque la sensación térmica puede superar perfectamente los 40 grados. Y los trabajadores son los que más tiempo llevan sufriendo un problema que, a juzgar por las últimas averiguaciones, tiene su origen en la dejadez, el desinterés y la apatía que el gobierno de la exalcaldesa Adela Pedrosa demostró en la gestión del museo más importante de la ciudad.

Según ha podido comprobar este diario, la compañía de seguro ingresó en julio de 2014 en las arcas municipales un importe de 33.300 euros como indemnización por los daños sufridos a consecuencia del robo. Sin embargo ese dinero nunca se destinó al fin requerido, que no era otro que tratar de subsanar la avería del sistema de climatización o, en caso de no poder hacerlo dado que la maquinaria es muy antigua y el presupuesto podría haberse disparado, buscar una solución transitoria para evitar que los turistas que llegan a Elda, interesados en contemplar la mejor colección de zapatos de España, terminen el recorrido con prisas por salir y el abanico en la mano, sudando la gota gorda y llevándose una bochornosa imagen de una ciudad que lleva ocho años invirtiendo mucho dinero público en su promoción exterior.

Tan pronto como el Ayuntamiento recibió el ingreso del seguro lo que se debería haber creado, según los técnicos, es una partida de crédito por el mismo importe para destinarlo a reparar el aire acondicionado del Museo del Calzado. Pero no se hizo, de tal modo que los 33.300 euros fueron a parar a la cuenta general como ingreso extraordinario. Es decir, ese dinero terminó empleándose en otros fines con el problema añadido de que, aparte de las molestias que el calor produce en los visitantes, hay piezas muy valiosas y antiguas que podrían terminar deteriorándose.

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