Santa María Magdalena ha tenido un recibimiento muy especial este año en Novelda. El pueblo siente un enorme cariño por su patrona y así se lo demuestra, cada 20 de julio, en la romería de Bajada desde el santuario de La Mola y también en la posterior procesión hasta la iglesia de San Pedro.

Pero lo de ayer fue excepcional por la multitud -más de 6.000 personas desafiando el bochorno de las siete de la tarde- y por la devoción con la que los noveldenses recibieron a su «Perla de Oriente», que volvió a recorrer las calles engalanadas del casco antiguo como lo hacía antaño recibiendo, además, una lluvia de gozos y poemas.

También es un año muy especial después de que el Vaticano le concediera a la ciudad el Año Jubilar, que se abrió el 20 de julio de 2014 y se cerrará el 2 de agosto de 2015. Además, en esta ocasión la Bajada de la «Moreneta del Castell» ha caído lunes en el calendario, de tal modo que miles de vecinos iniciaron ayer su tradicional semana de vacaciones, lo que ha propiciado una mayor afluencia de fieles a la romería del día más esperado del año. Un acto festivo y de promesas cumplidas que, sin embargo, se tornó solemne cuando a las nueve de la noche la Santa llegó al Paseo de los Molinos, donde cambió de andas y fue recibida por las autoridades civiles, religiosas y festeras que la acompañaron en procesión a la parroquia. Al filo de la madrugada el disparo de la «Albá de la Santa» desde la azotea del Ayuntamiento anunció el momento de la tradicional «Serenata a la patrona», que fue interpretada por el Orfeón Noveldense Solidaridad. Se iniciaba entonces el participativo acto de la «Entraeta con Flores» desde Santa Teresa Jornet hasta la Plaça Vella. Primero la sultana, reina, embajadores, miembros de la Junta Central y autoridades. A continuación los festeros de las comparsas de Negres Betánics, Beduinos, Piratas, Damasquinos, Omeyas, Astures, Mozárabes y Zíngaros. Pero todavía había que esperar el gran momento. El emotivo instante -previsto para las dos de la madrugada- en el que los noveldenses darían por concluido el primer día -en el sentimiento- de la celebración. El canto del «Himno a Santa María Magdalena» en una iglesia en la que ya no cabía nadie más fue el colofón de bienvenida a la patrona, a la «Perla de Oriente que en Novelda refleja su luz».